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Científicos piden protección para los océanos, antídoto ante el cambio climático

Para Lundin es clave que los gobiernos entiendan que se puede hacer mucho sin gastar demasiado

Conseguir que se proteja el 10% de los océanos para 2020 es vital para mitigar el cambio climático y fomentar el desarrollo sostenible de las comunidades costeras, advierten expertos en el tema reunidos esta semana en Chile.

Científicos de 80 países participan en el Congreso de Áreas Marinas Protegidas IMPAC4, en la ciudad de La Serena, frente al Pacífico, en el norte de Chile, para intercambiar experiencias en el manejo de estas áreas, que van desde bloques de corales a miles de especies que pueblan los mares y aseguran parte de la dieta global.

Ambientalistas y gestores de organismos dedicados a la protección medioambiental de todo el mundo coinciden en que no existe una única receta para establecer las reglas dentro de estas áreas de protección. 

Pero lo que está claro es que hay que actuar rápidamente para evitar el deterioro irreversible de aguas que está acabando con muchas especies.

"Hay extensas zonas en las que el cambio climático es tan fuerte que los sistemas no resisten", dijo a la AFP Carl Gustaf Lundin, director del Programa Global Marino y Polar de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Uno de los problemas más graves que enfrenta la salud de los océanos y su fauna es el plástico. 

"Cada año tenemos más y si eso no se revierte, va a estar cien años o más en el mar", advirtió Lundin.

El año pasado, científicos advirtieron que es necesario colocar al menos el 30% de los mares bajo protección, muy superior al 10% al que se han comprometido los políticos del mundo para 2020.

"Ahora estamos más o menos en el 6%; todavía tenemos mucho (trabajo) por delante" para frenar la devastación, agregó el especialista.

Para Seth Horstmeyer, de la organización Pew, el panorama es complejo y será "muy difícil" lograr proteger al 30% de los océanos. 

"Necesitamos más voluntad política de los gobiernos de todo el mundo para extender la protección" de las aguas y sus costas, comentó a la AFP.

Además es vital "involucrar a las comunidades en el desarrollo de áreas marinas protegidas" y fomentar la pesca tradicional y de subsistencia en ellas, agregó el experto.

En la apertura del evento, el ministro de Medioambiente de Chile, Marcelo Mena, destacó que "un área marina protegida puede quintuplicar la cantidad y diversidad de especies marinas en su entorno", lo que la vuelve indispensable para recuperar especies sobreexplotadas.

- América Latina, situación dispar -

América Latina apuró el paso en los últimos años para ponerse a la par de otras regiones y asegurar un mínimo de reservas de cara a la próxima década.

Lundin advirtió sin embargo que "hay mucho por hacer" en la región.

La buena noticia es que los gobiernos comienzan a tomar el pulso a la problemática y se están instalando nuevas áreas protegidas.

"Vemos a América Latina trabajar para convertirse en una de las nuevas áreas donde se crean muchas reservas, creando una red en toda la región que protegerá a una gran cantidad de especies", como tiburones, ballenas, delfines, celebró Horstmeyer.

La pesca de arrastre, que aniquila todo a su paso, el vertido de tóxicos utilizados en la agricultura y manejos deficientes de actividades como la acuicultura son los principales enemigos de las aguas de la región.

Los males son los mismos para las costas de todos los países pero las respuestas han sido dispares.

"Chile es uno de los países que trabaja mucho en el tema, Colombia también y Brasil, pero a otros, como Argentina y Uruguay, les falta mucho", comentó Lundin.

A lo largo de una extensa costa, de más de 4.000 kilómetros de largo, Chile desplegó durante el gobierno de la actual presidenta Michelle Bachelet un plan de acción que permitió multiplicar las áreas de conservación marina.

Previo a la inauguración de la conferencia, el canciller chileno Heraldo Muñoz celebró que en consulta popular realizada el domingo la comunidad de Rapa Nui (Isla de Pascua), ubicada en medio del Pacífico a unos 3.500 km del continente, aprobó la instalación de una zona de protección que, sumada al área ya resguardada, abarca una superficie de unos 720.000 km2.

El parque marino en Nazca-Desventuradas, en las cercanía del archipiélago Juan Fernández (unos 650 km al oeste de Santiago), y áreas de conservación alrededor del Cabo de Hornos, al extremo sur del territorio chileno, completan el ambicioso plan oficial.

Para Lundin es clave que los gobiernos entiendan que se puede hacer mucho sin gastar demasiado.

"Es una discusión muy grande, difícil en el corto plazo, pero el futuro, incluso el económico, depende de la conservación", concluyó el especialista.

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