El diario plural del Zulia

Ultiman a niña de 2 años durante un sicariato

Iban por un hombre, a quien mataron. La bebé, acompañada de su padre, cayó por inocente

Gabriela Chiquinquirá Salas Cañizales, de dos años, recibió un disparo en la frente, el pasado jueves a las 7:30 de la noche, cuando sicarios llegaron a liquidar a Leonardo Enrique Cárdenas Guerra, de 38, apodado “El Nindo”, frente a su casa, en la calle 126 del barrio Brisas del Sur, parroquia Manuel Dagnino, sur de Maracaibo.

La pequeña comenzó a llorar porque su padre Yorvin Gabriel Salas saldría de su hogar, en la avenida 127 de la misma barriada, a buscar una tarjeta para comprar unos cauchos y no se la llevó.

El joven, al escuchar el llanto de la chiquilla, se regresó y se la llevó caminando hasta la calle 126. Se detuvieron en la esquina. En ese momento llegó una pareja en una motocicleta.

Se estacionaron en la otra esquina, el joven se bajó y caminó hasta el frente del taller mecánico Sorgel, donde estaba Leonardo reparando su Chevrolet Caprice, con el que trabajaba como chofer de tráfico haciendo viajes a Maicao.

El desconocido esgrimió su arma de fuego y le disparó por al espalda a “Nindo”, quien tenía un yeso en su brazo derecho, según María Gladis Perdomo, abuela paterna, de Gabriela. “Una de las balas le rebotó a ese hombre en el yeso y le impactó en la frente a mi niña. El proyectil le salió por la parte posterior. Cárdenas quedó muerto en el sitio”, recuerda.

Auxilio

Yorvin ve a su hija caer al suelo y comienza a gritar auxilio. “Todo ocurrió en cuestión de segundos”, indicó la abuela, de 54 años.

Un amigo de Salas estaba cenando en la pizzería que está diagonal. Este escuchó los disparos y seguidamente los gritos de ayuda, se levantó y se acercó hasta donde estaba Yorvin con su hija, para cargarla en su motocicleta y trasladarla hasta la emergencia del Hospital General del Sur.

En otra moto más atrás iba el padre destrozado. Al llegar al hospital le indicaron que la pequeña Gabriela estaba grave. Los médicos la metieron al área de trauma shock, donde por una hora lucharon por salvarle la vida.

A las 9:04 de la noche, el corazón de la bebé se detuvo sin retorno. Falleció.

En shock

Gaby era una niña hermosa y coqueta, muy alegre e inteligente. Era un flaquita que le encantaba bailar”, expresaba Jhoana Cañizales, abuela materna entre lágrimas, mientras apretaba la mano de su hija y madre de la niña Génesis Cañizales.

La chica de 23 años no aceptaba la pérdida de su retoño. Estaba sentada en una silla frente a la residencia de fachada turquesa con muros color amarillo, desorientada. No hablaba. Su dolor al perder a su primera y única hija era tan intenso que su mirada empañada parecía estar perdida.

Mayerlin Cañizales estaba sentada a su lado brindándole apoyo a su hermana Génesis. La abrazaba mientras se reclamaba la tragedia que les tocó vivir. “¡Ay... Dios... ¿Por qué nos castigaste así?”, repetían.

Gabriela Chiquinquirá no llegó a comenzar el kínder ni cumplir sus tres añitos, el 12 de diciembre, día de la virgen de Guadalupe. Su cuerpecito fue acostado ayer en la mañana, dentro de un féretro blanco de apenas unos 50 centímetros, que colocaron en la sala de su vivienda.

Todos sus familiares y quienes la conocían se acercaron despedirse. Su padre no encuentra consuelo.

Los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) comenzaron las investigaciones del caso tras levantar el cadáver de Leonardo y el de la pequeña.

Fuentes policiales revelaron que el ataque contra Cárdenas se trató de una venganza, “que lastimosamente cobró la vida de un ángel”, apuntaron.

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