El diario plural del Zulia

Ultiman a balazos a chofer de tráfico en una trilla

Sobre la arena amarillenta, boca abajo, la cabeza ensangrentada y cubierto con ramas de nim aún frescas, hallaron el cadáver de Alexis Ramón Áñez Medina, de 23 años, en el sector Jagüey Largo, parroquia Mariano Parra León, del municipio Jesús Enrique Lossada, ayer a las 10:00 de la mañana.

La víctima era chofer de la línea 25 La Concepción desde hace seis meses. Trabajaba con su Chevrolet Caprice blanco, mismo al que ayer se subió un desconocido en el asiento del copiloto y lo sometió a punta de cañón.

Los familiares no supieron especificar dónde lo interceptaron, pero sí detallaron que dos hombres más iban detrás en una motocicleta haciendo la función de “moscas”.

A Áñez, apodado “Panini” lo obligaron a conducir hasta la trilla llena de maleza. Allí, según vecinos, lo bajaron de su automóvil, lo acostaron sobre la arena y le propinaron los cuatro balazos que lo dejaron sin aliento al instante.

La chemise vinotinto, el pantalón negro, las alpargatas y la gorra negra con roja que vestía Alexis, quedaron percudidas de arena y sangre derramada.

Los hampones, antes de huir del lugar, se tomaron el tiempo para ocultar el cuerpo entre un montón de ramas de nim. Se llevaron con ellos el Caprice blanco y en la salida del camino arenoso lo dejaron abandonado. Solo se llevaron con ellos la billetera del joven.

Agonía dolorosa

Los vecinos, al escuchar que la zona quedaba sola, salieron en cambote a averiguar qué había sucedido. En su recorrido por la trilla encontraron el cuerpo y notificaron a los efectivos del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez).

Más de 70 personas, en cuestión de minutos, rodearon el área. La muchedumbre, a las 11:00 de la mañana, abrió camino al escuchar los gritos de una mujer desconsolada. Esa era Rudi Medina, la madre del conductor asesinado, que vivía en el kilómetro 28 vía Perijá, en el sector El Taparito.

La señora vestida de luto corría llorando en busca de su hijo. Al ver de frente el cuerpo se abalanzó sobre él. Con rabia retiró las ramas, pues deseaba verlo. Junto a ella se arrodilló su esposo Alexánder Áñez, quien golpeaba sus puños contra la tierra del coraje y repetía incesantemente: “mard... nojoda”, y, siguió diciendo: “Te fuiste hijo...”. Allí repicó su esposa: “no mijo.. nos lo quitaron”.

Ambos progenitores lo sobaban. Su padre se llenó las manos de sangre mientras le acariciaba el rostro. Esas mismas se las pasaba por su cabeza, sin importarle mancharse.

María Áñez explicó que presuntamente el asesinato de su sobrino se trató de una venganza y no de un robo. El hermano de la víctima, Alexánder de Jesús Áñez, “El Wipi”, está preso por presuntamente haber matado a su novia Arianny Zambrano, de 23 años, en el sector El Taparito, el 21 de enero, tras una discusión sostenida cuando salían de una fiesta de chimbanguele.

Los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) realizaron el levantamiento del cadáver y comenzaron la búsqueda de los homicidas, para determinar si se trató de una venganza contra el chofer de tráfico que dejó un hijo de tres años. “Panini” era el segundo de cuatro hermanos.

 

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