Tuberculosis y lechina atacan calabozos de Polisur
Con preocupación y alarma asumen los familiares de los detenidos en los calabozos de la Policía Municipal de San Francisco el presunto brote de tuberculosis que invade las celdas desde hace varios meses y que solo hace una semana cobró la vida de un hombre.
La alerta parece no haber activado las alarmas sanitarias pues, según allegados a los privados de libertad, hasta ahora no se ha realizado ninguna evaluación para conocer la cantidad de infectados con la mortal enfermedad.
Parientes apostados en la coordinación policial en Sierra Maestra manifestaron que el hacinamiento que existe en las áreas ha llevado a que los presos se contagien de múltiples enfermedades. Sin embargo, la posible existencia de la tuberculosis y lechina los coloca en franco riesgo, porque la falta de atención médica, las condiciones insalubres y la escasez de medicamentos son detonantes latentes para desencadenar la muerte.
Solo en el pabellón B, existen 140 detenidos y muchos de estos refieren a sus allegados padecimientos de escabiosis y ronchas en la piel.
Aseguran que otros tienen claros síntomas de tuberculosis pues mantienen tos constante con expectoraciones.
“Las condiciones son deplorables, ellos están allí como si fueran perros, no tienen asistencia de nada. Solo la muerte la tienen segura en esas celdas”, dijo Beatriz Bermúdez, madre de un reo.
Extraoficialmente se conoció que existen dos casos de tuberculosis y ocho de lechina dentro las instalaciones. Sin embargo, el equipo reporteril de Versión Final intentó conocer la información por parte de la directiva del cuerpo policial pero los esfuerzos fueron infructuosos.
