El diario plural del Zulia

Santa Rita en jaque por guerra entre bandas

El terror está latente en el municipio Santa Rita de la Costa Oriental del Lago (COL). La ola de sicariatos ejecutados dentro de la jurisdicción, por pugnas entre bandas desde finales del 2015, tiene a la comunidad en jaque. En lo que va de febrero han ultimado a 10 personas, entre las que se cuenta una mujer embarazada.

Este lunes, a las 9:00 de la mañana, tirotearon a Merbi Javier Balzán Gotera, de 43 años, presidente de la Unión de Entrenadores del Hipódromo de Santa Rita desde hace cinco años. Lo atacaron cuando se desplazaba en su Chevrolet Optra blanco, placa AB385WM, rumbo a Maracaibo, donde vive, en el sector El Milagro de la zona norte.

Los familiares, llenos de angustia, contaron que su pariente recibió un balazo en la espalda que le salió por el pecho. El resto de los proyectiles perforó la ventana del vidrio trasero del lado del copiloto y la puerta del conductor.

El entrenador, con más de 20 años en el ámbito hípico, al ser herido logró manejar hasta la cabecera del puente, donde se desplomó. Quedó inconsciente frente al volante.

El tráfico se puso denso y las autoridades reaccionaron después que los delincuentes huyeron en un vehículo de características desconocidas. Efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) atendieron la contingencia y alertaron a los Bomberos de la COL, quienes en una de sus ambulancias trasladaron a Balzán, padre de tres hijos, hasta la emergencia de la policlínica San Francisco. Los médicos que lo recibieron le prestaron los primeros auxilios y lograron estabilizarlo.

Sin ley
“Pueblo sin ley”, así llaman los lugareños al municipio Santa Rita. La población vive en agonía. Caminan por las calles con la piel erizada del miedo. Nadie habla, solo escuchan.

Alguien se les acerca y reaccionan con malicia, en nadie confían. Cuando les preguntan sobre lo que sucede en su territorio, lo único que dicen, y tartamudeando de susto, es “nada, yo no sé, nada”.

Los tienen amenazados a punta de balas: a quien hable, lo matan. El año pasado las muertes se le atribuían a la guerra entre bandas que existe entre la familia Meleán, los Leal y los Matos. Pero, el 18 de diciembre de 2015, una nueva vendetta surgió tras el asesinato del entrenador de caballos pura sangre Erick Chourio en Santa Rita, quien era hermano de Endry Benito Chourio, alias “Pepito”, ex “pram” de la antigua cárcel de Sabaneta.

Policías y residentes cuentan que todo inició cuando los líderes de la banda de “El Puchungo” —sicario de los Meleán— apostaron a uno de los caballos que entrenaba Chourio. El ejemplar perdió la carrera, exigieron una reivindicación y al no conseguir su objetivo mataron al entrenador.

Trascendió que “El Puchungo” paga a los militares cada mes para que presuntamente “lo respalden”. Ante la situación que vive Santa Rita, a los trabajadores y pensionados del Hipódromo no les depositaron su quincena por temor a represalias, denunció un trabajador del oval.

Cero patrullaje
Tres puntos de control tiene Santa Rita. Uno en la salida de El Mene, en la salida de Bicentenario y Punta Iguana. Los tres son del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez) que cuenta dentro del municipio con solo seis patrullas y ocho motocicletas, dijo una fuente de ese cuerpo policial a Versión Final.

“Con esto es lo que contamos y la situación está fuerte”, expresó el informante, quien indicó que ante esta crisis por falta de unidades, el municipio está recibiendo apoyo por parte de la GNB de Cabimas y Maracaibo.

“Una comisión del Cicpc-Maracaibo, también se trasladó hasta la localidad para unirse al operativo”, informó. Durante un recorrido que realizó ayer el equipo reporteril de este rotativo, se pudo apreciar la falta de vigilancia en la zona. En cuatro horas que se estuvieron recorriendo las calles de cada sector del municipio se lograron avistar apenas cuatro patrullas. Puede decirse que la presencia policial en Santa Rita es nula.

La autoridad teme
Wilmer Pereira, alcalde del municipio Santa Rita, teme hablar. El lunes se le solicitó una entrevista con respecto a la crisis que viven los habitantes y prefirió “abstenerse de cualquier declaración hasta no saber qué ha pasado con certeza con esta matanza. La preocupación es grande y por ello el caso del municipio se está manejando a nivel nacional”.

A la 1:30 de la tarde, Pereira entró a una reunión donde plantearía las próximas acciones a tomar dentro de la localidad, para disminuir los crímenes por encargo.

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