El diario plural del Zulia

Por unos zapatos reconocieron a quinceañera asesinada en El Caujaro

Como David Andrés Coronel Albornoz, de 37 años, fue identificado el asesino de Cristina Urdaneta, de 15 años
Los vecinos la recordaron como una muchacha de su casa. No tenía mucha malicia. Era buena estudiante. Cristina Urdaneta, de 15 años, quien además se dedicaba a vender chicha, perdió la vida, presuntamente, por estrangulamiento. Por el hecho, el dueño de la vivienda David Andrés Coronel Albornoz, de 37 años, está preso.
El macabro hallazgo se efectuó esta mañana en una casa de la calle 196, en el sector Villa Caujaro I, frente a una pizzería.
Al parecer, a la muchacha la vieron moradores de la zona vendiendo chicha de maíz, en las polvorientas calles de la barriada, este martes en la tarde-noche. Estaba vestida con un jeans azul, una blusa corta y unas gomas coloridas, según una de las vecinas y además compañera de congregación de una iglesia evangélica, a la cual asistía.
La víctima fue visualizada sin vida, esta madrugada, por moradores que se asomaron a una de las ventanas de la casa. Avisaron a las autoridades sobre el terrible hallazgo.
Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) arribaron a la escena del crimen. Allí aprehendieron al propietario del inmueble donde localizaron el cadáver de la adolescente. Como evidencias encontraron una correa de color marrón con la que presuntamente asfixiaron a la menor.
Cuando los peritos de la policía científica trasladaban los restos de la jovencita hasta la furgoneta, una de las vecinas que había visto, el día anterior, a Cristina, vio que el cuerpo tenía las mismas gomas que le vio puestas horas antes. Por ese detalle, la reconocieron.
La joven cursaba cuarto año de bachillerato en un liceo de la zona.
Frente a la vivienda de la infortunada, en la calle 147 E, de Villa Caujaro, los familiares se negaron a declarar a los periodistas.
Una vecina del sector, Siria Rangel, exhorta a las autoridades a que "no se dejen comprar ni pongan libre al presunto culpable en menos de lo que canta un gallo".
También instó al Gobernador y al Alcalde sureño a reabrir un puesto policial ubicado en el barrio, a unas dos cuadras de donde residía Cristina. Esa estación de seguridad contaba con motos y patrullas y había sido inaugurada hace año y medio. "Ese puesto ha sido desmantelado, ha hecho falta, para evitar desgracias como la ocurrida con esta muchacha", dijo.
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