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Polimaracaibo: De policías a vigilantes privados

Las funciones de un cuerpo de seguridad se basan en hacer cumplir las leyes, garantizar la seguridad de sus ciudadanos y mantener el orden público en una ciudad, esto no ocurre con algunos funcionarios de la Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo), quienes ahora, en vez de patrullar la capital del estado, se ven es apostados frente a determinados locales comerciales “prestando sus servicios como escoltas”, según declara el exdirector del cuerpo policial y abogado penalista, José Luis Alcalá.

“Nosotros tenemos dos tipos de policías: los decentes y los corruptos. Muchos usan su uniforme, arma de reglamento, patrullas e implementos policiales para ‘vigilar’ personas de dudosa reputación o algún local comercial ubicado al norte de la ciudad, lo cual implica que en vez de preservar las leyes, están contribuyendo a romperlas”, destacó Alcalá.

Los efectivos se justifican ante el precario sueldo que devengan, puesto que en la actualidad su salario está estipulado en 27 mil bolívares y adicional a ello no cuentan con un rango jerárquico que evalúe su desempeño y establezca el monto total de su pago.

“Cuando dejé Polimaracaibo los oficiales ganaban tres salarios mínimos más cestatique, lo cual generaba un estímulo para todos en cumplir correctamente sus labores, pero ahora tú los ves valiéndose de su puesto como garante de la seguridad para ganar de manera ilícita un dinero extra. A nadie le alcanza el sueldo para vivir, pero no por eso voy a delinquir o salir a atracar porque no tengo qué comer. Es necesario estudiar eso”, reseñó el experto en seguridad ciudadana.

En las rúbricas se observa cómo efectivos del cuerpo municipal se encuentran en establecimientos de comida ubicados en la urbanización La Lago, la Avenida 3-F y sus adyacencias.

Custodian con permiso

Extraoficialmente se conoció que una persona de dudosa procedencia residente del conjunto Montpellier es custodiado por cuatro uniformados de la municipal.

“Ese señor que dice llamarse empresario, solicitó la custodia de funcionarios policiales y los supervisores autorizaron a varios agentes para que lo ‘cuidaran’”, reveló un informante, quien pre rió no identificarse.

Estas acciones se encuentran penadas por la Ley Contra Corrupción, según los artículos 2, 48, 56 y 63, tanto el efectivo como quien solicité el servicio purgaría una condena de 6 meses a 4 años de prisión.

En el 48 se contempla que incurre en el enriquecimiento ilícito todo aquel funcionario público, que valiéndose de sus funciones, obtiene un incremento patrimonial desproporcionado con relación a sus ingresos y no pudieran justificarlos.

El artículo 56 establece que puede ser penado a seis meses o cuatro años no solo aquel que recibe el pago por prestar sus servicios aprovechándose de su cargo, sino también aquel que pague. Además, en el 63 se establece que también se podría hacer un cobro del 50 por ciento de la suma total del cobro y prisión al que recibe una remuneración ilícita.

Historias

Varios oficiales entrevistados, bajo el anonimato, comentaron que aunque no existe justificación por la deficiencia del pago de sus sueldos, se ven en la necesidad de “chapear” para obtener una remuneración extra a sus ingresos.

Aunque según ellos sus jefes tienen conocimiento del lugar donde se encuentran y bajo qué modalidad se valen de su uniforme para tener una “entrada extra”.

“Los que saben que soy policía y necesitan de mis servicios me llaman, me piden que esté unas tres o cuatro horas ‘custodiándolos’ y por eso me ganó hasta 50 mil bolívares, eso no equivale ni a un mes de trabajo”, admitió un efectivo de la municipal con unos 15 años en el cuerpo.

Relatos como estos se repiten. En los alrededores de la Plaza de la República se observa cómo a las 8:00 p. m., llega una patrulla de Polimaracaibo, un agente robusto, ataviado con su uniforme desciende, con el puño en su arma espera que poco a poco salgan usuarios, baja la santamaría en compañía del seguridad privado y hasta que no sale el último empleado no se retira. “Yo tengo un salario extra, me pagan lo que me ganaría en meses como policía de la municipal”, aseveró otro entrevistado.

La corrupción se mantiene latente desde su intervención hace casi dos años. Los Polimaracaibo pasaron de ser policías a vigilantes.

 

 

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