El diario plural del Zulia

Mueren dos hermanos por hacer piruetas en motos

El juego y la diversión de los hermanos Sampayo Carrasquero se acabó con su muerte. Kenny Antonio (16), alias “El Payo”, y Kendry José (14), apodado “El Gordo”, fallecieron ayer en la madrugada tras chocar de frente sus motocicletas, mientras hacían piruetas en la vía principal del barrio Rafito Villalobos, parroquia Ildefonso Vázquez.

El viernes santo, para los Sampayo, se convirtió en un día de llanto y dolor, con la muerte de dos miembros de su familia a quienes aman y recuerdan como unos jóvenes estudiosos y llenos de sueños.

Sentado en una acera de la avenida 28 del barrio Rafi to Villalobos, estaba Alexánder Carrasquero. El hombre, con los ojos llorosos, se levantó y con un paso lento y silente llegó hasta el garaje de la vivienda llamada “Mi Ranchito”. En el lugar contó cabizbajo cómo sus nietos fallecieron por estar “inventando” con sus motos.

Ambos estaban en casa de su abuela, en el sector Ziruma, compartiendo. A las 10:00 de la noche del jueves, decidieron regresar a su casa, en Rafito Villalobos y se subieron en las motocicletas en las que llegaron a visitar. Para el retorno Kendry se subió en la moto Bera negra, propiedad de su padre y Kenny, en la de él, de color azul.

Media hora después, los jóvenes, al llegar a la vía principal de su barriada, comenzaron a hacer “caballitos” y piruetas en sus unidades, según los vecinos. Como no tenían luces y todo estaba tan oscuro, no se vieron y chocaron de frente. Ese fue su fin.

Tras el impacto los hermanos cayeron al suelo con las motos encima. Los residentes del sector, al escuchar la colisión, salieron y los auxiliaron. Los trasladaron hasta el Hospital Adolfo Pons y allí fallecieron. A las 12:00 de la medianoche de ayer Alaxánder recibió la llamada, donde le notificaron sobre la muerte de sus nietos.

Kenny y Kendry eran inseparables, indicaron los parientes, sentados en círculo esperando frente a la residencia la llegada de los féretros. El sector 2 de Rafito Villalobos se llenó de gente. Todos se acercaban a dar sus condolencias a los Sampayo, por perder a dos miembros de su familia, en un instante.

Ellos eran los mayores de los siete hermanos. Kendry, estudiaba primer año y Kenny, quinto año de bachillerato, en el liceo Enmanuel Carreño, situado en las residencias El Cují, en la avenida 16 Guajira. Este último no logró cumplir su sueño de ser funcionario del Cuerpo de de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

En sus ratos libres ayudaban a su padre a reparar motos en el taller, donde trabaja.

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