El diario plural del Zulia

Matan con un tubo al hijo de un policía

Alrededor de las 9:00 de la noche del miércoles, fue ultimado con un objeto contundente un estudiante de 18 años, en la avenida 49E. de la urbanización José León Mijares, cerca de El Callao, en San Francisco.

Parientes de Ánderson Enrique Ríos Marcano informaron sobre el caso, frente al servicio forense situado en la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia.

El progenitor del jovencito, César Ríos, funcionario de la Policía del Estado Zulia, detalló que su hijo se encontraba antenoche frente a la iglesia del Divino Niño, cuando llegaron los maleantes.

Re rió que los delincuentes quienes atacaron a Ánderson pertenecen al barrio El Callao, sector Madre Laura. “Hace algunos días, mi hijo tuvo un roce con uno de estos hampones. Al parecer, él enamoró a una muchacha y al antisocial como que no le gustó”, dijo Ríos.

Al serle consultado sobre si a Ríos Marcano lo linchó la comunidad, respondió: “más bien los vecinos trataron de impedir que lo siguieran golpeando”.

“Soy hijo de un policía”

Con desesperación, el joven quien estaba por concluir el Bachillerato gritó que era hijo de un policía.

“Eso no le importó al sujeto que tomó un tubo y le entró a golpes a mi hijo, en la cabeza”, señaló Ríos.

A Ánderson lo trasladaron al hospital Manuel Noriega Trigo, y luego, al Universitario, donde falleció.

Dijo que su descendiente laboraba junto con su abuelo en un taller, como latonero, en la urbanización José León Mijares.

Agregó que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas realiza las investigaciones pertinentes. Aún buscan al homicida.

Se supo que además de a Ríos, los sujetos golpearon en el sitio a un jovencito, a quien trasladaron a un hospital.

Otra versión

Los vecinos golpearon salvajemente al joven de 18 años, a quien señalaron, junto con otros cinco compinches, de haber atracado con revólver en mano a una muchacha en el sector El Zumaque.

La dama, al parecer, no le importó el arma y forcejeó con Ríos y otro de los delincuentes; la algarabía alertó a la comunidad y esta, enardecida, logró atraparlo, al igual que al menor de 16 años. Al primero de estos lo llevaron a punta de golpes hasta El Divino Niño, a casi cuatro kilómetros de trayecto, desde donde lo atraparon. Allí, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente.

Al otro trataron de hacerle lo mismo, pero este logró enconchase en una vivienda de la calle 170 con avenida 49G de El Callao.

A pesar de las súplicas de la comunidad por lastimar al menor, como si se tratara de una cacería humana, la dueña de la vivienda lo impidió. Al poco tiempo, presuntamente, llegó el progenitor en un vehículo tipo trencito, de los que se usan para transportar niños, y se lo llevó.

Según contaron vecinos de la zona, el rescatado dijo haber sido confundido y no era partícipe de ninguna banda hamponil.

Hablan los especialistas

La socióloga Natalia Sánchez, profesora de LUZ, opinó que los linchamientos son producto de la ausencia del Estado. “Es la prueba de que una sociedad está huérfana de instituciones que son las únicas que pueden garantizar la justicia y el derecho. El derecho de todos los miembros de la sociedad es asunto del estado. Por lo tanto, este a través de la legislación y el uso de la violencia en el marco de la ley es el que garantiza el cumplimiento de la norma para todos por igual”.

Ivers Caruzo, sociólogo y profesor de LUZ, explicó que los linchamientos no son más que la emergencia real, evidente, que se traduce en que se ha puesto en marcha la realidad social, todo el desquebrajamiento de justicia penal en el país, que emergen porque hay una visión por parte de la colectividad de la sociedad venezolana de que no existe a nivel institucional que logren satisfacer la demanda de justicia que exige la población.

Hasta ahora se han registrado 14 linchamientos durante 2016.

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