Ultiman a estudiante de Ingeniería Mecánica
Saliendo del culto, en la calle 121B del barrio José Alí Lebrún, sector La Musical, al oeste de Maracaibo, tres desconocidos interceptaron a Jesús Enrique Held Cardozo, de 19 años. Lo acorralaron y mataron de un disparo en la cabeza, el pasado viernes a las 8.00 de la noche.
Mislaidy, al escuchar el primer disparo, quedó en shock. Ella acompañaba a "Jesucito”, el “chiquit
ico” de la casa. Ambos asistieron como cada viernes a la iglesia Cristo te amo, de la cuadra donde vivía con sus padres
Los vándalos llegaron a pie. Los hermanos iban rumbo a su hogar, cuando se consiguieron con los azotes. A Jesús lo llamaron “Maikel”, y en medio de la confusión, este les dijo que él no era a quien buscaban.
Sin importarles, a empujones lo acorralaron contra una casa en construcción y en penumbras. Mislaidy se fue atrás de ellos tratando de defender a su hermano menor.
Los antisociales le decían una y otra vez: “Quedate quieto Maikel”. Los vecinos escucharon la algarabía y al ver que tenían sometido al muchacho comenzaron a gritar que él no era a quien buscaban, pues nadie conocía al estudiante como “Maikel”. La presión traicionó a los maleantes. Apuntaron a la cabeza del muchacho y halaron el gatillo. El proyectil atravesó el craneo de “Jesucito”.
Los forajidos huyeron. Los residentes salieron de sus viviendas vociferando que mataron a “Jesucito”. La hermana del herido, en medio de su dolor y con ayuda cargó a su pariente y lo subió a un carro. Lo trasladaron hasta el ambulatorio de Plateja, donde le colocaron un suero y le taparon la herida. Los recursos en el lugar eran escasos y enviaron al baleado hasta el Hospital Universitario, donde llegó sin vida.
Equivocación
Ilda Held asegura que a su hermano lo mataron por equivocación. “A él no eran a quien buscaban; Jesús era un joven sano, trabajador y estudioso”, expresó ayer frente a la morgue de Maracaibo, mientras esperaban la entrega del cadáver.
El dolor por la pérdida era insostenible para las hermanas. Sasha Cadenas también estaba des
consolada por perder a su “ángel”, con quien tenía tres años de casada. “Nos conocimos desde pequeños en la iglesia y luego nos enamoramos”, expresó llorando la dama, sentada, con la cabeza apoyada en un pilar y la ropa de su esposo abrazada. A Jesús Held lo describen como un joven colaborador. Estudiaba tercer trimestre de Ingeniería Mecánica en el instituto universitario politécnico Santiago Mariño, de La Limpia. Por las tardes trabajaba como chofer de tráfico, en la ruta de La Musical, con la camioneta Dodge negra de su padre, quien se llama igual, y con quien distribuía agua potable en sus tiempos libres.
Los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) investigan el crimen del estudiante. De manera preliminar manejan como móvil la venganza, pero no descartan otras hipótesis, como una equivocación.
