Mata a 2 hermanos y a su sobrino
Una disputa por una propiedad familiar desató un triple homicidio en la parroquia Alta Guajira, del municipio Guajira, la noche del pasado martes.
Manuel Ángel Montiel Montiel, alias “El Morocho”, de 37 años, acompañado por un grupo de siete hombres, asesinó a balazos a dos de sus hermanos por parte de padre y a un sobrino, en la calle principal del caserío Aipiapa, ubicado a dos horas de Cojoro.
Luzmila Fernández Faría, de 52 años, quien era docente en la comunidad; Franklin Enrique Fernández Faría, de 55 años, obrero de o cio; y su hijo Johan Enrique Fernández Fernández, de 22 años, fueron las víctimas del hecho ocasionado por “El Morocho”, que además es cuñado de las víctimas, por estar casado con una hermana de ellos por parte de madre.
Al sujeto lo acompañaba Edwin Montiel, de 33 años, apodado como “El Parruta”. Ambos, en estado de ebriedad, luego del cruento triple asesinato, huyeron en dos vehículos, un camión Ford Tritón, azul, placa OOFVAV, y una camioneta Toyota Land Cruiser, vinotinto.
Las víctimas sufrieron múltiples heridas por arma de fuego. Una joven pudo salvarse de la tragedia familiar al esconderse de los pistoleros.
Desde la morgue de LUZ, Mónica Fernández, sobrina de los fallecidos, presume que el asesino junto a su cómplice huyeron a tierras colombianas, a una de las propiedades de Montiel, quien ya estaba solicitado por las autoridades por otro homicidio calificado.
“La causa de esta tragedia es por el poderío de tierras, específicamente por costas playeras que pertenecen por herencia a la familia Fernández”, alegaron allegados que colmaron la morgue la mañana de ayer.
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), subdelegación Paraguaipoa, que llevan el caso, apuntan que se trató de una venganza.
Pero los deudos consideran que todo fue por una playa que maneja la familia Fernández y que Montiel Montiel quiere para él.
Parientes recordaron a Montiel como muy cercano a la familia, pero la ambición por el poder pudo más.
Se especula que él también fue el causante de la muerte, hace un mes y dos semanas, de otro miembro del clan Fernández Faría.
Algunos vecinos de Aipiapa lamentaron lo ocurrido, ya que Luzmila era una docente que llevaba años ayudando a la comunidad.
Hasta ahora no hay detenidos por este hecho de sangre que involucra a dos clanes de la etnia Wayuu.
