El diario plural del Zulia

Marea de conocidos da último adiós a Lícida

Más de 60 personas llegaron a la calle 19-A del barrio Las Banderas de Haticos por Arriba, ayer en la mañana. Se conglomeraron frente a la casa 25-Y, donde al mediodía sacaron el féretro de Lícida del Carmen Abreu Muñoz (41), asesinada de cuatro tiros, por su esposo Carlos Augusto García Colina (41), el pasado lunes en la tarde.

El dolor arreció cuando los hombres de la familia entraron a la sala de la casa de Lícida del Carmen Muñoz, madre de la víctima. Juntos sumaron fuerzas y alzaron el féretro donde reposaba el cuerpo sin vida de la comerciante de teléfonos. Lo sacaron hasta la calle por donde caminaron unos metros hasta llegar a la carroza fúnebre, donde lo embarcaron.

Los gritos y el llanto protagonizaron el momento. Los amigos, conocidos y familiares de la también ama de casa, explicaron lo difícil que se les ha hecho aceptar la pérdida de Abreu.

Lícida y Ángel no podían con el dolor de ver cómo se llevaban a la mayor de sus cuatro hijos. La señora de tez blanca, contextura gruesa y cabello blanco se desvanecía mientras caminaba detrás del ataúd. “Por qué me mataron a mi niña. Ella era buena. Ese hombre me la quitó. Dios, por qué me la quitaste”, expresó la mujer llorando, en reiteradas veces.

Ángel Abreu, hermano de la ultimada, se quedó en su casa. “No la acompañé hasta el cementerio, porque nos llegó el rumor de que nos querían saquear la casa y no la quiero dejar sola”. A Carlos Augusto, ultimado por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en un enfrentamiento, igualmente lo sepultaron ayer.

La tragedia marcó el destino de la pareja que duró 12 años de casados.

Una relación dañada

Los familiares de Lícida presumen que Carlos Augusto estaba bajo los efectos de las drogas cuando la atacó y le disparó en cuatro oportunidades. “Ella nunca lo quiso denunciar por el niño, pero era víctima constante de maltrato. Él era un hombre muy imponente y anulaba las decisiones de ella, ni la dejaba salir”, dijeron los dolientes durante el sepelio.

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