El diario plural del Zulia

Lo atan y estrangulan para robarle su nevera

Los criminales no respetan ni la humildad”, asegura Priscila Espitia, madre de Félix Francisco Espitia, de 57 años, quien fue maniatado y estrangulado, el lunes en la madrugada, dentro de su vivienda, en la avenida 2 El Milagro, justo al lado del Hospital Central. Lo mataron para robarle su “neverita”.

La víctima vivía sola y trabajaba haciendo y vendiendo arepas. Su progenitora, de 90 años, aún con fuerzas, cada mañana lo visitaba en su casa, para desayunar juntos y a veces hasta almorzar, pues ella reside en el fondo.

El lunes, su visita se empañó de dolor. A las 10:00 de la mañana, encontró a su hijo muerto. Su cuerpo estaba boca abajo, atado de manos y pies con unas sábanas. La dama como pudo avisó a Raquel Espitia, la menor de sus cuatro hijos, quien calificó lo ocurrido como una “barbarie”.

Los vecinos no escucharon nada. Los maleantes actuaron de forma desmedida, en medio de la oscuridad de la zona. Se presume que ingresaron a eso de las 2:00 de la mañana, por el hueco del aire acondicionado.

“La casa es muy humilde. Solo se llevaron la neverita y la sacaron por la entrada principal, porque estaba abierta cuando mi madre llegó”, explicó Raquel.

A las 11:30 de la mañana, llegaron los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), a levantar el cuerpo. Colectaron algunas evidencias y ordenaron a la familia que todo quedara tal cual lo hallaron.

Con ayuda de los sabuesos los parientes taparon el hueco en la pared, con la cama, el colchón y algunos muebles. A las 7:00 de la noche, Raquel en compañía de un hermano y su madre, cerró la vivienda con cadenas y candados. “Mi hermano era un hombre muy querido en el sector. Trabajador, honesto, humilde, servicial. Lo mataron porque les dio la gana. La inseguridad acá para los pelos”.

La mujer cuenta que Félix tenía toda su vida vendiendo arepas. Hace años tuvo una arepera, en la avenida Padilla y actualmente tenía su punto de venta, en el sector Veritas, antes del deposito Las 3J. “Nunca dejó de trabajar a pesar de sufrir de artritis en sus manos”. De eso vivía, además de la ayuda económica que sus cinco hijos le prestaban.

Los funcionarios de la policía científica investigan el caso. Los homicidas aparentemente son de la zona y sabían que Félix vivía solo.

“Hasta ahorita no tenemos mayores detalles, pero ya estamos abocados al caso. Mañana realizaremos varios allanamientos por la zona en busca de los criminales”, dijo una fuente del cuerpo detectivesco a Versión Final.

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