El diario plural del Zulia

Le disparan en el pecho por no entregar su bolso

"Mar... dame tu bolso”, le dijo un delincuente a Jesús Salvador Gonzalez González. El joven de 29 años, se negó y refutó: “Primero me tienes que matar para que te entregue mi bolso”. El trío de vándalos que lo interceptó, en la calle 136 del barrio Cardoncito 1 de la parroquia Antonio Borjas Romero, tomaron la palabra, le dispararon dos veces en el pecho y huyeron con sus pertenencias.

González no iba solo. Estaba con su hermana María Rosa González(18) y una prima de (16). Iban hacia su residencia cuando los hampones en motocicleta los emboscaron, el pasado jueves a las 7:30 de la noche.

“Nos faltaban dos cuadras para llegar a la casa. Veníamos de trabajar en el centro como comerciantes. A mí y a mi prima nos dijeron que nos agacháramos, y miráramos al suelo, y eso hicimos”, recordó María Rosa temblorosa y llena de tristeza, ayer en la mañana frente a la morgue forense, mientras esperaba la entrega del cadáver de su pariente.

María asegura que en el momento quedó paralizada. Solo lloraba sin cesar por temor, pues su hermano no reaccionaba. Se negaba a entregar el bolso negro que utilizaba de medio lado, donde guardaba el dinero de las ganancias de su negocio, vendiendo ropa interior en San Felipe, en el centro de la ciudad.

“Mar... dame tu bolso”, repetían una y otra vez los delincuentes. El comerciante renuente a entregar sus pertenecías, lanzó su cartera hasta la entrada de una vivienda vecina y gritando pidió auxilio.

El dueño de la residencia escuchó sus súplicas y salió a ver que ocurría. Vio el morral, lo agarró y los maleantes molestos iniciaron los disparos.

“Escuche cuatro detonaciones”, indicó González, quien explicó que uno de los tiros lo hicieron al suelo para amedrentar, dos en el pecho de Jesús, en venganza y uno en el hombro del vecino por tomar entre sus manos el bolso, que tras ser herido le arrebataron. Los delincuentes nerviosos por herir a sus víctimas, se subieron a la moto roja con negro, en la que llegaron y huyeron. Estos al parecer son de la barriada, según testigos.

Las jóvenes al sentir que los ladrones se habían marchado se lanzaron sobre Jesús y llenas de dolor lo abrazaban y cacheteaban para hacerlo re- accionar. Empezaron a pedir ayuda a quien pasaba por el lugar. En ese proceso perdieron unos 10 minutos, hasta que el conductor de un Chevrolet Malibú blanco se detuvo a auxiliarlas.

Muy tarde

El chofer del Malibú condujo a ex- ceso de velocidad hasta la emergencia del Ambulatorio de Plateja, donde dos medicos lo recibieron, le practicaron los primeros auxilios para devolverle las pulsaciones, pero fue inútil, estas se desvanecieron. Murió a su ingreso.

Con dolor la hermana de Jesús, contó: “Él era un hombre honesto. Desde sus nueve años trabajaba en el centro como comerciante. Empezó vendiendo bolsas, luego chucherías hasta que llegó a montar su puesto vendiendo sostenes, interiores y pantaletas”.

Del señor de aproximadamente 60 años, los González no tenían detalles. Solo supieron que sus parientes lo llevaron hasta el Hospital Universitario de Maracaibo, donde lo atendieron y lograron estabilizarlo.

Los González lloran la pérdida del mayor de ocho hermanos. “Él no tenía esposa ni hijos, vivíamos con nuestros padres en la barriada. Exijo justicia. No puede ser que esto nos esté pasando. Era primera vez que a mi hermano lo asaltaban y él ni nadie merece que lo maten por no entregar sus cosas”, dijo María Rosa.

 

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