La lujosa vida de un reo en El Marite [+Fotos]
Como reyes, entre lujos, mascotas, música, videojuegos y demás comodidades, vivían en el retén El Marite algunos de los 2.198 internos que fueron desalojados y trasladados a otras cárceles del país por el Ministerio de Servicios Penitenciarios, la semana pasada.
En confortables celdas adecuadas con pisos de cerámica, aire acondicionado, puertas de madera blanca con visor externo, paredes encamisadas y recién pintadas, este selecto grupo de presos “disfrutaba” de su encierro.
Para ellos no había límites y en fotografías dejaban bien claro su supremacía frente a los demás reos, alardeando su ropa y calzado de marca, teléfonos inteligentes, televisores pantalla plana, alcohol, armas y hasta motocicletas.
Versión Final obtuvo impactantes imágenes tomadas, a finales de 2015 e inicios de 2016, dentro del Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas, donde se observan los “placeres de la vida” que disfrutaban presos por extorsión, homicidio y robo.
Pero, ¿cómo los reclusos lograron meter una moto, un Pit Bull, una piscina familiar plegable, un X-Box y hasta una pecera al retén? o ¿cómo ellos o sus familiares podían costear los gastos de tales comodidades? Quizás, gracias a la corrupción y beneplácito de los oficiales del CPBEZ, encargados de la custodia del lugar; o al pago del “obligaíto” por parte del reo común (Bs. 3 mil semanal); o el cobro de vacuna de los carros robados que los presos “enfriaban” en los estacionamientos internos del retén.
