El diario plural del Zulia

La impunidad solo respeta el plomo de las chapas

Nueve de cada 10 homicidios no se esclarecen en Venezuela, según el Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV). La mayoría de los casos resueltos tienen en el foco a funcionarios policiales, militares o de Gobierno. O en su defecto, personalidades o sucesos mediáticos.

En el Zulia, los cuerpos de seguridad resolvieron ocho casos de homicidios contra policías o militares, ocurridos en los últimos 10 meses. Desde septiembre hasta junio fueron asesinados 15 efectivos. A dos los ultimaron el 1° de mayo: los oficiales de la Policía de Colón, Júnior Ortiz, de 29 años; y José Gregorio Chamorro, de 28, en el sector La Fundación, de San Carlos del Zulia. Los otros 13 uniformados cayeron en igual número de sucesos. A través de detenciones o careos con homicidas posteriormente liquidados se saldaron los ocho casos de crímenes contra policías en el Zulia.

Celeridad

El lunes 22 de mayo, cerca de la 1:00 a. m., un grupo de delincuentes asesinó a balazos, en una resistencia al robo, al oficial del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez), Janio Rubén Mabo Acosta, de 33 años, frente a una gallera, en el sector El Zabilar, de La Cañada de Urdaneta.

Transcurrieron 24 horas y media para que una comisión del Cpbez diera el martes 23 con tres individuos señalados de asesinar a Mabo. Entre los oficiales y los antisociales se produjo un enfrentamiento, en el barrio Monseñor Romero, vía a La Cañada de Urdaneta, en San Francisco.

Los delincuentes resultaron heridos, trasladados hasta el CDI de El Bajo, donde fallecieron. Entre estos se encontraba una mujer. Un policía resultó herido en esa confrontación.

Algo similar ocurrió el 26 de enero, a las 10:30 p. m., con el oficial de Polilagunillas, José Gregorio Bustamante, de 37 años, asesinado junto a su cuñado Jean Carlos García, en el sector Los Robles, de Ciudad Ojeda, en la Costa Oriental del Lago (COL).

Una hora después, funcionarios de la Mancomunidad Policial de la subregión petrolera localizaron a uno de los presuntos autores del hecho, Maikel Fornerino, “El Maikel”, quien al resistirse a la autoridad se enfrentó, resultó herido y murió al ser trasladado a un hospital. Al cabo de tres días, otros cuatro sujetos fueron ultimados al enfrentar a la Mancomunidad, en relación con el asesinato de Bustamante.

El pasado miércoles, el sargento primero de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Ferwind Bastidas, de 32 años, fue ultimado por vándalos en el sector San Isidro, del municipio Simón Bolívar. Al día siguiente, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) liquidó a Eliomar Salcedo, de 23 años, “El Chacal”, señalado de matar al militar. Tres días después, otro guardia nacional, Javier Sánchez, fue ultimado por sicarios, en el sector El Rocío, de Palmarejo, municipio Santa Rita.

Sobre el doble homicidio contra los oficiales de Policolón, se reportó la aprehensión de Digner Guerra, presunto autor material, en menos de 24 horas. Además, el Cpbez liquidó el pasado jueves a Luis Morales Coy, de 29 años, “El Curso”, en relación con este caso, en Santa Bárbara. Otra detención por la muerte de un oficial se produjo en abril: la de dos de sus compañeros, Leonel Áñez y Elevi García, presuntos autores del asesinato al funcionario de Polimachiques, Édgar Loaiza, de 35 años, ocurrido el 25 de enero, en Machiques.

Casos de 2016

El Cicpc logró resolver, en marzo, el homicidio contra el comisario Manuel Chirinos, ocurrido el pasado 28 de noviembre, en el sector El Membrillo, vía a La Concepción. El 2 de marzo, dos de los presuntos homicidas, “Kevin” y Yordany José Romero Trocóniz, fueron abatidos al enfrentar al Cicpc, vía Palito Blanco. Tras 14 días, otro sujeto, Adilmo Galbán, alias “Papi Canilla”, también señalado por la muerte de Chirinos, fue liquidado durante otro careo con el Cicpc, en el sector Lo De Doria, municipio Jesús Enrique Lossada.

Y se recuerda el asesinato del oficial del Cpbez, Gregorio Suárez, de 31 años, en una bomba de Punta Iguana, Santa Rita, el 5 de octubre. A cuatro meses y 17 días del crimen, oficiales del Cpbez liquidaron en un careo, el 22 de febrero, a Alexis Perozo, de 23 años, y Ricardo Prieto, de 24, en el sector Pele El Ojo, Santa Rita. Eran presuntas fichas de Luis Bozo, “L. Bozo”, expram del retén de Cabimas, de donde huyó el 2 de noviembre. A Bozo lo mataron en mayo, en Guacara.

Justicia para todos

El abogado criminólogo, Luis Izquiel, comentó que la justicia debería funcionar por igual para todo el mundo, sea uniformado o un ciudadano común, civil, porque las leyes deben ser aplicadas a todos por igual.

Izquiel se refirió a que el caso de la pronta resolución de crímenes contra funcionarios es producto de la solidaridad policial. “Por tratarse de un compañero víctima de homicidio, los cuerpos policiales tienden a tener una transferencia en la resolución de ese caso, pues se ven reflejados en ese hecho. Hoy fue ese oficial y mañana alguno de sus compañeros”, indicó.

Tradicionalmente, los casos de funcionarios policiales se resuelven antes. Primero, porque sus compañeros de trabajo ponen énfasis en la investigación y eso es muy humano. Segundo, porque el policía es la última defensa contra el hampa; si esa defensa se rompe, como sociedad estamos muy mal”, añadió el abogado y profesor universitario, Javier Gorriño.

Sin embargo, precisó Izquiel, el grueso de las víctimas comunes queda impune. “No hay prioridad policial en la resolución de esos casos”, agregó.

Para que funcione la justicia, los fiscales y jueces deben ser nombrados por concurso público y abierto de oposición. Y los cargos se los tienen que otorgar por su currículum o su trayectoria y no por estar ligado a un partido político”, dijo el criminólogo.

Para Gorriño, el homicidio no es un caso difícil de resolver. “Hay muchas evidencias físicas que se quedan en el sitio del suceso, que pudieran relacionar al victimario con el lugar o el homicidio, aunado a los testigos o a otras cosas”. La idea, agregó, es que la mayoría de los casos, si no todos, se resuelvan. Porque, como dijo el criminalista francés Edmond Locard, “El tiempo que pasa es la verdad que huye”. “En la medida en que pasa más tiempo en la investigación, en esa medida es más difícil resolverla”, apuntó.

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