Gas lacrimógeno en dos discotecas
La música retumbaba en Mi Ternerita Norte, ubicada en la avenida Paúl René Moreno Camacho, antigua Fuerzas Armadas. Fátima Villasmil, de 20 años, celebraba el cumpleaños número 18 de su vecina. Era la primera vez que ambas acudían a lugares de este tipo. Espeso humo blanco salía de las ventanillas del aire acondicionado del establecimiento. Fátima y compañía habrían jurado que era parte de la ambientación, pero dos segundos después sus rostros les picaban, sus vías respiratorias parecían invadidas por una extraña sensación. Las lágrimas corrían por sus ojos y prácticamente quedaron cegadas.
En las discotecas de Maracaibo, el ambiente de fiesta cargado de frenesí inicia pasada la medianoche. Pero la madrugada del domingo, a dos horas de elevar los ánimos a la cúspide, detonaron bombas lacrimógenas en dos de los más emblemáticos centros de recreación nocturna de la ciudad.
Fátima tiene recuerdos ciegos de esa noche. Inmortalizado en su mente están los gritos y el sonido del cristal al impactar con el piso. Cuando el humo comenzó a salir, la joven se desmayó. En medio del desespero por escapar del lugar, Fátima recibió pisotones. Una persona que no logró identificar la llevo cargada hasta una habitación. Allí recobró un poco la conciencia. Aunque desconocía a qué se debía la situación irregular de afuera, ella necesitaba salir. Se despojó de tus tacones y corrió hasta la puerta. Una vez fuera se volteó y dejó un rastro de sangre. Múltiples vidrios se enterraron en sus pies. La necesidad de salir y la adrenalina no le permitieron sentir dolor. Pero ella no fue la única afectada.
Vidrios rotos
Mi Ternerita Norte, que según los encargados estaba a casa llena con unas 450 personas, fue la segunda discoteca que sufrió ataques de este tipo la madrugada del domingo, 10 minutos antes de que ocurriera el incidente, los que disfrutaban de su noche en Mi Vaquita. De manera extraoficial se conoció que sujetos habrían vulnerado el sistema de seguridad e ingresaron a la disco con dos artefactos explosivos. Tras la detonación, las personas desesperadas corrían en todas las direcciones para huir los gases. Incluso rompieron un vidrio de la fachada para escapar. La puerta de salida estaba congestionada. Algunos antisociales aprovecharon la irregularidad para perpetrar algunos robos.
En ambos sitios no se registraron pérdidas humanas. Solo algunos lesionados por cortes golpes y afectados por las bombas. Entre los daños materiales se registran vasos, botellas, sillas, mesas y vidrios rotos.
El secretario de Seguridad y Orden Público, comisario Biagio Parisi, aseguró que los ataques fueron responsabilidad de grupos vandálicos que desean que estos sitios nocturnos paralicen sus actividades, en señal de protesta por la situación de “duelo” que a su juicio, se vive en el país. Cicpc, GNB y Cpbez investigan los hechos. Detectives analizan videos.
