El diario plural del Zulia

Fiscalía duda de la tesis de metra disparada por chopo

El caso del asesinato del contador Adrián Duque genera controversias entre los cuerpos de seguridad. El Ministerio Público (MP) desacredita la hipótesis que maneja el Cicpc, en la que asegura que al joven, de 24 años, lo impactó en el pecho una metra proveniente de un chopo.

A partir de hoy, la Unidad Técnica Certificada del MP se encargará de reconstruir el emblemático caso relacionado con la muerte del tercer joven en protestas suscitadas en la capital zuliana. El fiscal 76 con competencia nacional en Derechos Fundamentales, Alejandro Méndez, en conjunto con la Fiscalía 45 serán los nuevos designados. El objetivo es descartar que un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) haya detonado su arma de reglamento contra la humanidad del joven.

Los funcionarios del Cicpc, subdelegación Maracaibo, ya pusieron a la orden de este organismo las 50 conchas percutidas de perdigones que recolectaron durante la planimetría que se realizó el pasado jueves. Con estas acciones, queda sellado el divorcio de la policía científica de todo lo relacionado a la muerte de Duque.

El último adiós

Cientos de personas asistieron al sepelio de Adrián. Todos distribuidos entre tres buses, dos camionetas, un camión y más de 10 vehículos pequeños. La mayoría vestidos de blanco, con gorras tricolor, ondeaban con orgullo la bandera nacional. Entre las tonalidades amarillas, azules y rojas, destacaban algunos puntos fucsia. Eran las de graduación de los compañeros de universidad de Adrián.

Homenajes y dedicatorias llovían, junto a las flores, en honor al joven, que a juicio de sus allegados “murió por oponerse a la represión de este Gobierno”. Un simbolismo: A “Yaya” lo acompañó en su último adiós el personaje del Capitán América, y el escudo emblemático con el que el joven luchó por la libertad de su país.

En Las Torres del Saladillo, el guerrero era conocido por sus preferencias con los emblemas de este carismático personaje de los comic de Marvel. Ayer, a las 12:00 del mediodía los dolientes rodaron desde la casa de Adrián, en el sector Haticos 2, hasta el cementerio San Sebastián, vía La Concepción. Se paseaban por el camposanto con cordura. Sus rostros eran de hierro, pero sus ojos estaban inundados de lágrimas. Lo único que cortaba el fantasmal silencio eran las notas del Gloria al Bravo Pueblo, entonado a todo la capacidad vocal de los asistentes.

 

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