El diario plural del Zulia

Emboscada, discusión y muerte en Sierra Maestra

Familiares de Richard Guerra vinculan su asesinato con una represalia por impedir hurtos en Pdvsa

Él lo sabía, ya nosotros lo sabíamos”. Para Gloria Cubillán, esposa de Richard Guerra, supervisor general del departamento de Producción, Control y Pérdida (PCP) de Petróleos de Venezuela en San Francisco, el asesinato del hombre de 40 años era una sombra inevitable.

Guerra fue interceptado a las 2:00 de la tarde de ayer, en la avenida 11 con calle 11 de Sierra Maestra, municipio San Francisco, cuando se desplazaba con su nieto de 2 años a bordo de una camioneta Súper Duty blanca, placas A97D-A9A, propiedad de la petrolera.

Su hijastro, Yiber Martínez, aseguró que Richard dejó a su esposa en una farmacia donde ella laboraba y al retornar a su casa, ubicada en la calle 10 entre 11 y 12 de Sierra Maestra, buscó al niño para salir a comprar el almuerzo.

Vecinos aseguran que Guerra fue interceptado por el conductor de un Daewoo Lanos, azul. Uno de los ocupantes se bajó del auto y luego de un intercambio de palabras Guerra trató de huir para esquivar a su agresor y aceleró. El gatillero sacó una pistola 9 milímetros y sin piedad disparó unas 11 veces desde el lado del copiloto. Los proyectiles quedaron plasmados en el vidrio de la puerta derecha.

El supervisor de Pdvsa no murió en el acto. Malherido chocó la camioneta contra un Dodge Aspen azul, placas VDL-850, que se encontraba estacionado frente a la casa número 25 con calle 11. Del impacto, ambos automotores se desplazaron y destruyeron la fachada de dos viviendas.

Un vecino que pre rió no identificarse por razones de seguridad, contó que escuchó una ráfaga de tiros y al salir sintió un fuerte ruido. “Yo estaba viendo televisión con mi hijo, a quien tiré al suelo. Cuando salí a ver qué pasaba me di cuenta que la camioneta me destruyó la cerca”.

El cuerpo del supervisor general de PCP-Pdvsa quedó sobre el volante de la unidad. La chemise marrón que llevaba puesta quedó bañada en sangre.

Yiber Martínez expresó que su padrastro era un hombre muy “jodido” y correcto y que por su cargo en Pdvsa se topó con situaciones que le generaron enemistades. “A él le decían que dejara sacar productos y él no lo permitía”. Gloria Cubillán, su esposa, presentía que algo pasaría porque Richard le había contado de conflictos con el personal. El Cicpc maneja como móvil la venganza.

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