El diario plural del Zulia

El último día de Lorena Marina

Hallazgo del cadáver de la yaracuyana conmocionó a Venezuela. Aún no hay nadie preso por el sonado caso

Keivy David Lucas Alonzo mintió, no se presentó tras tres citaciones del Ministerio Público y la policía ecuatoriana lo busca por homicidio culposo y fraude procesal.

Durante la madrugada del pasado 18 de marzo, un día después de su cumpleaños 26, el taxista ecuatoriano arrastró el cadáver desnudo de Lorena Marina Cardozo Bocarruido hacia una explanada ubicada en el cantón Montecristi, provincia de Manabí, a unos
300 kilómetros de Quito.

César Suárez Pilay, fiscal del caso, destaca que el cuerpo reflejaba huellas de arrastre, lo que significa que no solo fue lanzada de un automotor, sino que también la halaron hasta dejarla a un costado de la carretera.

Lucas Alonzo la habría bajado de su taxi Mazda, placa PBB-1687, con la supuesta ayuda de una persona de la que se investiga la identidad. La abandonó en el lugar.

La suerte de la venezolana de 21 años se convirtió en la tarjeta de presentación de los temores más oscuros de cientos de miles de padres que ven a sus hijos partir en busca de oportunidades. Lorena Marina había llegado ocho meses atrás desde San Felipe, estado
Yaracuy, y planeaba regresar por aire a su tierra natal el día que la localizaron sin vida.

La muchacha tenía el dibujo de un corazón hecho con aguja y sin tinta en la planta de su pie derecho, algunos rasguños en las rodillas y un raspón sobre la ceja izquierda al ser hallada sin vida, desnuda, con los brazos abiertos y un blúmer rosado a la altura de las rodillas sobre aquel terreno de matorrales y piedras. Su ropa no fue hallada en el sitio, ni en el taxi.

La causa oficial de su deceso la reveló la autopsia: asfixia por aspiración de contenido gástrico (vómito).

Ese viernes

Pasadas las 8.00 Lorena Marina salió a celebrar que se iba a graduar de ingeniera comercial y tenía boleto aéreo de salida al día siguiente. Por las noches, vendía arepas para mantenerse. Aquella jornada no era normal. Lucas Alonzo la recogió en su vivienda,
en el sector Los Esteros, y la trasladó a un restaurante de comida rápida, en una gasolinera cercana al Malecón.

De allí, según las pesquisas, pasaron a la calle Flavio Reyes, donde la muchacha bajó para comprar un paquete de seis cervezas ‘light’. Luego, el taxista la trasladó a un motel en las afueras de Manta, pero no había habitaciones disponibles. En consecuencia, pasaron al que estaba al lado.

En la versión del conductor a la policía, Lorena Marina esperaba a alguien en la habitación y él se fue después de terminar el servicio, pero imágenes de un sofisticado sistema de vigilancia por video revelaron que luego de estacionarse frente a la habitación 16, Keivy David demoró 1 hora y 18 minutos en salir. Al retirarse, lo hizo también la joven.

Luego de salir del motel la vida de Cardozo Bocarruido entró en un túnel oscuro, irreversible, sin retorno. Múltiples fotografías en periódicos digitales describen su carácter jovial y una belleza impregnada de frescura, como sus sueños de llevarse a su familia a vivir con ella.

Un juez emitió hace 15 días una orden de captura contra el hombre de baja estatura y complexión delgada porque no rindió declaraciones las tres veces que fue citado.

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