El 80% de los productores perijaneros paga vacuna
Cobro de vacunas, atracos a mano armada y secuestros mantienen en vilo a los ganaderos, agrónomos, comerciantes y habitantes del municipio Machiques de Perijá, poniendo en peligro no solo sus vidas sino también la capacidad productiva de la zona.
De no acceder a sus peticiones, tanto el hampa común como los grupos irregulares que actúan en la zona tirotean las casas y negocios de productores agropecuarios y empresarios, a manera de presión e intimidación.
No solo las extorsiones y los plagios amedrentan a los residentes de la otrora tierra ganadera del Zulia, los robos de vehículos, en especial camionetas sencillas, doble cabina y 4x4, también son frecuentes en la Troncal 6, como es conocida la carretera que conecta a Maracaibo con Machiques.
El Km 18, Km 25 y Km 40 son los sectores más peligrosos de la vía, se roban hasta dos y tres carros a diario. Aunado al inclemente ataque hamponil, residentes de la subregión perijanera aseguran que supuestos policías también participan junto con las mafias de ladrones de carros.
José Vera, ganadero y dueño de la hacienda La Esperanza, denunció a este rotativo que “en ocasiones motorizados de la policía paran los vehículos para pedir papeles y es allí cuando son interceptados por otros carros, de donde se bajan entre 6 u 8 delincuentes con armas largas (…) Luego que se roban los vehículos han pedido rescates de 4 hasta 5 millones de bolívares, todo depende del carro que sea”.
Por su parte, Jorge Núñez, presidente de la Asociación de Ganaderos de Machiques (Gadema), señaló: “Gran parte de los productores de la zona nos hemos visto en la necesidad de pagar vacuna para de alguna manera sentir una tranquilidad, y poder asistir y hacer vida en nuestras unidades de producción”.
Werner Gutiérrez, profesor y exdecano de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia, afirmó que un 80% de los ganaderos perijaneros pagan vacuna para no ser afectados por el secuestro u otro tipo de ataque.
Robo de ganado
Otros ganaderos de la zona aseguran que el hurto del ganado ha causado grandes estragos en los niveles de producción, para el último trimestre del año 2015 fueron robados aproximadamente 800 animales, cifra que en los primeros 60 días del año en curso pudo haberse incrementado.
“Se los roban y se lo llevan a pie hacia Colombia por la vía de La Cuesta del Padre, que está a 15 minutos de Machiques en carro, y dicen que entre 45 y 48 horas los animales llegan al vecino país; allá los animales tienen muy buen precio, lo compran hasta en 600 dólares por cabeza, mientras que acá nuestros precios no llegan a $200”, afirmaron los productores.
Los mautos, mautas y novillas que roban en Machiques se los llevan a pie hasta Colombia, donde los venden incluso en 850 dólares. Los cuerpos de seguridad del Estado, a sabiendas de que existe ese camino, no lo patrullan ni controlan.
“En noviembre del año pasado, una patrulla tipo Jeep del Cpbez ingresó a La Cuesta del Padre, a los dos oficiales le quitaron el carro y los policías tuvieron que devolverse a pie hasta Machiques”, revelaron los ganaderos.
No son todos
Los propietarios de las tierras productivas en la subregión perijanera señalaron
que “hay pequeños grupos de yukpas que están delinquiendo, no son todos porque hay comunidades que son muy serias y trabajadoras, pero hay un pequeño grupo que las autoridades conocen y están delinquiendo. Son tres o cuatro familias, conformadas cada una por seis o siete personas, yo diría que unos 35 aproximadamente”.
También se llevan alimentos de primera necesidad, como arroz, harina pan, pastas, implementos agrícolas, medicina humana y veterinaria.
Según los productores, a pesar que desde el 8 de septiembre del año pasado el Gobierno decretó una zona de excepción en la Guajira y el Táchira, “la frontera viva actual es la vía El Tukuko, por la vía de La Cuenca del Padre, que no es patrullada ni controlada por los cuerpos de seguridad”.
Los residentes de la zona urbana de Machiques tampoco escapan de los embates de la inseguridad, pues además de robos de vehículos y teléfonos celulares y hurtos de viviendas, desde comerciantes, educadores y hasta mototaxistas son víctimas de cobro de extorsión y amedrentamientos.
