Ejecutan a tío y sobrino en dos playas de la COL
La venganza no se detiene en la Costa Oriental del Lago (COL). Las bandas dedicadas a los sicariatos cobraron dos vidas más: el domingo en la noche tirotearon a José Ramón Barboza Urribarrí, de 38 años, y a su sobrino, Levis Darío Barboza Ramos, de 21.
José Barboza fue sorprendido, cerca de las 7:00 p. m., en la avenida Pedro Lucas Urribarrí, sector Pele El Ojo, playa Los Monteros, cerca del colegio María Auxiliadora, de Santa Rita.
El infortunado se transportaba en su vieja camioneta pick up Chevrolet Apache, color verde, placas L90CZ7G, cuando un grupo de sujetos lo emboscó en las cercanías de la referida playa ritense, dijeron fuentes policiales.
Los gatilleros abrieron fuego contra el vehículo, y a pesar de que la víctima aceleró, recibió unos siete balazos, añadió el vocero policial. Uno de los proyectiles prácticamente le perforó el cuello; fue el disparo que le quitó la vida, señaló el informante.
Barboza Urribarrí era técnico superior en Administración de Empresas, y se desempeñaba como comerciante en camarones y cangrejos, dijeron los familiares sumamente consternados.
Se presume que lo ultimaron por una venganza, pues no lo robaron, detalló la fuente policial.
Tragedia en Miranda A la misma hora, los sujetos, al parecer de la misma banda de sicarios, liquidaron a balazos, en una playa del sector Punta de Palma, en el municipio Miranda, a Levis Darío Barboza.
El joven era sobrino de José Barboza Urribarrí, según parientes de esta víctima.
Al muchacho, quien estaba realizando el curso para detective del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), lo agarraron los matones a sueldo, para llevárselo hasta la playa de Freddy, en Punta de Palma, causarle torturas y posteriormente balearlo entre la cabeza y el pecho, re rió un vocero vinculado con la investigación.
Familiares de Levis afirmaron que a él tampoco le robaron ningún objeto de valor. Aunque dijeron desconocer las causas por las cuales lo mataron, al igual que a su tío.
Investigadores trabajan bajo la línea de presuntas venganzas, bajo la modalidad de sicariato, en relación con estos crímenes, aunque no descartan otros móviles hasta que concluyan las averiguaciones.
