El diario plural del Zulia

Despiden a Estela Larreal, una mujer “gloriosa”

Más de 100 personas llenas de dolor despidieron ayer a Estela Mariana Larreal Parra, de 75 años, trabajadora jubilada de Pdvsa Lagunillas que presidió la federación y la Asociación de Secretarias de Venezuela, por años, y que el pasado 31 de diciembre apareció asesinada a golpes en el fondo de su casa 6-32, en el conjunto residencial Okinawa, municipio San Francisco.

Como una mujer “gloriosa”, como una “heroína”, la define su hijo Oscar González, en medio de su frustración por la pérdida. Frente a la urna donde ella reposaba, contó su desconcierto ante el homicidio de su madre. Una y otra vez se pregunta: “¿quién y por qué la mataron?”.

Marcial González, el segundo de sus tres hijos y que trabaja en el área avícola, vivía con ella en el conjunto residencial. Él asegura no haber escuchado ruidos ni gritos mientras dormía en su habitación. A las 8:00 de la mañana fue la última vez que los vecinos y el vigilante del complejo la vieron con vida.

Una hora más tarde se despertó Marcial, quien, según residentes de la zona, se la mantenía “bebiendo y muchas veces de mal genio con Estela”.

A la septuagenaria la sometieron mientras lavaba unos platos en el fondo de la casa. Le metieron en la boca unos huesos de res para evitar que gritara. Atravesaron con ella el lindero de alambre de púas que está al fondo de la propiedad de una hectárea y la arrastraron 17 metros adentro del terreno boscoso, donde la golpearon hasta acabar con su vida.

Marcial, al no verla, se preocupó, según su testimonio ante las autoridades. Comenzó a buscarla, pero no la consiguió. Pidió ayuda al vigilante del conjunto residencial y recorrieron las zonas cercanas a la vivienda.

A las 10:00 de la mañana hallaron su cadáver. Estaba boca arriba, vestía un short y cerca de ella estaba su celular. No le robaron nada. Su carro Chevrolet Aveo azul, en el que acostumbraba a salir por las mañanas y retornar por las tardes, estaba intacto en el estacionamiento.

Los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) presumen que se trató de una venganza de parte de dos maleantes detenidos hace tres meses por Polisur, luego de que ella los denunciara por robo en inmuebles.

“Uno de los azotes tenía antecedentes por homicidio, eso le da más fuerza a la hipótesis. Sin embargo, no descartamos otras, como la de que pudo ser alguien muy cercano a ella quien la ejecutó. El caso lo estamos investigando y llegaremos al fondo de los hechos en poco tiempo”, dijo una fuente del cuerpo detectivesco.

Los Larreal Parra lloran sin descanso la pérdida de “una mujer ejemplar, trabajadora, amorosa”, expresó un amigo de la familia durante la misa de cuerpo presente en la iglesia San José, auspiciada por su primo hermano y nuncio apostólico en Mozambique, monseñor Édgar Peña Parra.

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