Capturan a la homicida del comerciante perijanero
La muerte del comerciante Rigoberto Cáceres, de 63 años, en horas de la tarde de este jueves, originó la búsqueda de una mujer, quien sería la principal sospechosa de la muerte del sexagenario.
La noche de ese día, funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) efectuaron varios allanamientos en algunas residencias para dar con el paradero de la fémina, quien fue identificada por Cáceres. El hombre recibió una puñalada en el corazón, y unos minutos antes de morir reveló la identidad de la homicida.
Un jardinero del club campestre, propiedad del comerciante, como pudo, lo llevó hasta su camioneta Chevrolet Silverado plateada. El infortunado, caminando, lo llamó y le dijo: “Ayúdame, esa maldita me apuñaló”. Toda la habitación estaba ensangrentada.
El trabajador no tenía idea de cómo conducir el vehículo, y chocó contra varios estantillos de su finca.
Mientras era trasladado, unos hombres le prestaron la ayuda en la carretera vía a la Hacienda El Capitán, de Machiques, e informaron que el conductor de la camioneta de la víctima le tapó la boca con su mano para que el fallecido no hablara, actitud que les pareció extraña.
Rastreo implacable
En la madrugada de este viernes, los sabuesos del Cicpc capturaron a la presunta homicida del reconocido comerciante en el municipio.
Se trata de Andreína de los Ángeles Fuenmayor Rosales, de 18 años, alias "La Diabla”, quien fue aprehendida en horas de la mañana en el sector El Triangulo, calle 11 casa número 3. Ella poseía antecedentes penales de hace dos años. Había participado en el robo de una boutique de la parroquia perijanera, Libertad.
Cáceres tenía una relación sentimental con la joven desde hace algún tiempo, no solo con ella, sino con otras jóvenes que le llegaban por ser un hombre de prestigio y dinero.
Fuentes oficiales aseguraron que hasta el momento, el móvil del hecho fue el robo, pero no se descartan otras hipótesis. El cuchillo que utilizó la mujer tenía el mango negro. Aseguraron que ella lo llevaba escondido en un bolso.
Al momento del hecho sangriento, la joven huyó en una motocicleta que la estaba esperando a las afueras del centro recreativo Cabañas Club Don Rigori. Se conoció también que están en búsqueda del hombre que la trasladó desde el lugar.
Los familiares lamentaron la terrible muerte del empresario. Su esposa, en la clínica donde fue atendido, gritaba de dolor: “Ay Dios, y él estaba enseñando a mis hijos cómo llevar el control de los negocios”, dijo Zoraida de Cáceres.
Sus restos son velados en la capilla velatoria La Imperial. Hoy, será sepultado en el cementerio de Machiques.
