El diario plural del Zulia

“Brunito” y su madre se reencuentran

La madre biológica de Santiago Allio, “Brunito”, pudo conversar con él en las celdas del Eje de Homicidios del Cicpc. El joven de 27 años, quien es señalado de ser el autor intelectual del asesinato de su padre, el comerciante ítalovenezolano Bruno Allio, ahora come los diversos platillos que su madre de sangre, Marlene Coromoto Rodríguez, quien estuvo 24 años ausente, le prepara.

Ayer, la mujer se paró bien temprano y le cocinó un arroz chino, panes con mucha salsa, jamón y queso, además le llevó jugo de guayaba. Ahora todo es para él, Marlene no piensa desampararlo cuando el joven la necesita.

En los escasos minutos que pudieron verse la mujer afirmó: “Le besé las manos, se las apreté con fuerza, le dije que iba a estar siempre y que lo iría a ver cada día de visita”, refirió a través de una llamada telefónica Rodríguez, quien se escucha feliz.

En la visita de ayer hubo un inconveniente, un desajuste, según Marlene Rodríguez, la mujer que crió legalmente a su hijo, la señora Torres, envió a dos primos de Santiago para que lo visitaran y estos no vieron con buenos ojos que ella estuviese en el lugar. “Esa señora me mandó a decir que yo solo lo estoy visitando por conveniencia, porque solo quiero dinero. Dice que yo no soy la madre legítima, que todo es un invento mío y eso no es así. Que nos hagan una prueba de ADN a ver si no soy la madre”, manifestó molesta la mujer.

Rodríguez afirma que ella nunca tuvo amoríos con el comerciante Allio y que su hijo fue producto de una inseminación artificial que se realizó en un acuerdo con el empresario. Este después se enamoró, como todo padre, y quiso arrebatárselo.

Luego de que nació comenzaron las disputas por el bebé. “Él no fue un vientre en alquiler, él es mi hijo, vivió conmigo los primeros tres años de su vida”, manifestó. 

La hermana de “Brunito”, Keila Rodríguez, de 20 años, comentó desde el porche de su residencia que le ha escrito cartas a su hermano, y que él las lee.

En sus escritos le dejó claro que siempre supo de su existencia y que su madre frecuentaba los lugares que la familia Allio visitaba, pero nunca coincidieron, “el dinero mueve montañas”, re rió la joven.

“Ayer tuve un percance con la supuesta prima de Santiago, dijo que su tía Lula la había enviado para que lo visitara. Mi mamá y yo lo queremos y el dinero no lo necesitamos ni queremos, a donde él vaya nosotras vamos a estar”, informó la única con sanguínea que le queda por parte de madre, quien tiene seis meses de embarazo.

En Trujillo, la familia Rodríguez sabe la historia que se batalló con el pequeño Santiago. Miembros cercanos al núcleo afirman que “Brunito” mantenía contacto con sus parientes “lejanos”.

Fueron tres años de amor y conflicto, de procesos legales, hasta que finalmente la custodia del pequeño pasó a manos del empresario ítalovenezolano. Su madre no volvió a saber de él, pero no se resigna a perder su amor detrás de los barrotes. Asegura que cada sábado asistirá a las visitas para verle, abrazarle y decirle lo mucho que le ama.

“Mi mamá tiene muchas pruebas para demostrarle a mi hermano, que lo buscó por muchos años, su padre no le permitió que ella se le acercara. Mami está aferrada a Dios y a Santiago, él le va a creer. Ya acepta vernos y es un punto a favor”, puntualiza Keila. Marlene siempre le comentaba a todos que ella había tenido tres hijos; Manuel, era el mayor, este fue ultimado hace ya casi 11 años. Le siguen Santiago Giovanni y Keila.

El proceso legal continúa, “Brunito”, junto a otros dos cómplices fueron privados de libertad por el asesinato de Bruno Allio. Marlene califa como un “error” las acciones de Santiago, mani esta que “solo una madre entenderá mi dolor, yo lo apoyaré hasta el final”

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