Balean a un santero y muere desangrado
Como cada noche, Luis Enrique Paz Montiel salió al frente de su casa 84-42, del barrio Los Altos II, parroquia
Francisco Eugenio Bustamante, a conversar con su madre Zaida, su hermana de 22 años y sus vecinos.
A las 9:40 de la noche del pasado martes, dos desconocidos en motocicleta se le acercaron y mientras Luis se fumaba el tabaco agachado en medio de la calle 95-T le dispararon tres veces. Solo dos proyectiles lo alcanzaron. Uno le atravesó el cuello y otro se le incrustó en la espalda.
Alfonso Medina cuenta que a su hijastro lo ultimó un hombre de contextura gruesa y tez morena. El maleante iba de parrillero, se bajó y casi a quemarropa le disparó al muchacho de 25 años, mejor conocido como “Tito”.
Ambos criminales huyeron, dejando a la víctima tendida en el pavimento, boca arriba. Luis no falleció al instante. Tras recibir los tiros pasó una hora y media en la carretera sin ser auxiliado.
Su mamá suplicaba ayuda a sus vecinos, pero nadie le tendió la mano. Un taxista pasaba por la esquina y se dignó a subir a Luis, que estaba moribundo, a su auto. Lo llevó al Hospital Materno Infantil de Cuatricentenario, donde murió por falta de insumos.
“A mi hijastro lo tenían que remitir al Hospital Universitario, pero el taxista estaba quedado por gasolina y el materno no consiguió ambulancia. Quizás si lo hubiesen ayudado a tiempo se salva”, expresó el padrastro, quien indicó que “Tito”, además de ser santero, vendía café y cigarros, dejó una hija de un año y era el cuarto de cinco hermanos. A uno de esos hermanos, hace más de 10 años, lo mataron de un balazo, en una esta.