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Asesinan a comerciante en intento de robo en su casa

Una vida caritativa se esfumó. Delincuentes que intentaron ingresar a la residencia de un comerciante en el barrio Santa Clara de Sabaneta, cerca del colegio Santa Rita, lo balearon la madrugada del sábado dentro de su casa.

Nadie vio nada, pero si escucharon el disparo que acabó con la vida de un hombre emprendedor y con planes de emigrar a Estados Unidos para compartir con sus hijos.

El cuerpo de Juan José Triana Arenas, de 65 años, quedó tendido en la entrada de su habitación, en su mano empuñaba su teléfono celular.

“Seguramente intentó llamar a algún hermano, pero murió desangrado”, relataron los vecinos quienes exigieron presencia policial en la zona.

Los maleantes violentaron una de las ventanas de la casa, pero no les dio tiempo de ingresar a ella, pues Juan José se percató de lo que ocurría.

“Eso ocurrió entre la 1:00 y 2:00 a. m., de ayer (sábado) y no nos percatamos de su muerte hasta las 6:00 de la tarde”, informó una allegada del comerciante.

Triana llegó la tarde del viernes de Punto Fijo, pues su trabajo como vendedor de medicinas naturales lo obligaba a viajar frecuentemente.

“Él llegó indispuesto, dijo que se iría a descansar porque se sentía mal y no lo vimos más. Acostubrábamos a jugar dominó y nos cansamos de llamarlo para que saliera pero no contestaba y eso nos preocupó”, agregó otra vecina, todos prefirieron resguardar su identidad por temor.

Denunciaron que viven azotados por la delincuencia.

Gustavo, un hermano del fallecido, preocupado por la falta de respuesta de Juan José llegó a la residencia y llamaba insistentemente, pero al ver que no respondía entró a la fuerza al hogar del comerciante y realizó el terrible hallazgo.

“Aquí no se puede vivir, diagonal a la casa de Juan hay un terreno que sirve de guarida para los delincuentes de los barrios aledaños. Hemos denunciado pero la policía no hace nada por nosotros”, recalcaron todos los conocidos del infortunado.

Un carro blanco

La casa contigua a la de Juan José sirvió de escape para los delincuentes. Un matero roto, un reloj, que se presume sea de los asesinos sirvió como parte de la evidencia.

Alguien declaró que vio como un hombre que corría se embarcó en un carro blanco y huyó del lugar.

“Estamos seguros que Juan reconoció a los ladrones y por ese motivo le dispararon. Él era un hombre muy bueno y siempre nos ayudaba”, acotaron.

Los parientes del hombre viven a escasos metros de la casa donde residía con su madre, pero ella por motivos de salud se encontraba con otra hija. Los hijos viven en el extranjero.

Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) recabaron varias huellas digitales para determinar la identidad de los homicidas.

 

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