“Manuelito” murió a golpes; presos su padre y su madrastra
La familia materna de Manuel Adolfo Mejías Vásquez, de 6 años, se enteró de las torturas que por años vivió, junto a su hermana Ana Bárbara, de 5 años, en la casa 124 de la urbanización Antonio José de Sucre, del municipio San Francisco. Su padre Luis Mejías Alvarado y su madrastra Vicmar Morillo, -quienes lo habrían dejado morir de hambre, el 26 de julio-, quedaron tras las rejas, en la ciudad de Boconó, estado Trujillo.
Parientes de Vicmar se comunicaron con este rotativo para contar que la mujer los mantuvo engañados y que supieron la realidad, a través de las publicaciones que Versión Final realizó. “Ellos mintieron”. La pareja llegó a Boconó, el 27 de julio a las 7:00 de la noche, directo a la funeraria La Mano de Dios de la población andina.
Dijeron que “Manuelito” había muerto llegando al CDI del Callao y luego se contradijeron diciendo que había fallecido en su casa. A Luis y Vicmar muy poco les importaba el niño. Se acostaron a dormir y el féretro permaneció solo en la capilla.
Los parientes de Vicmar, inocentes de lo que pasaba, ayudaron con el sepelio de “Manuelito”, luego de que el gobernador, Francisco Arias Cárdenas, pagara el ataúd y el traslado del cuerpo, por petición de Morillo, trabajadora de “Barrio Nuevo Tricolor”.
Detonante
Ana Bárbara estaba muy mal de salud. “Cuando la vimos ella no podía ni caminar de lo débil que estaba. La cargué y la llevé hasta la emergencia del Hospital Rangel de Boconó, donde los médicos de guardia la dejaron internada. La pequeña tenía vómitos, diarrea y un cuadro de desnutrición severo. Pesaba tan solo 15 kilos”, dijo la testigo.
La gravedad de la pequeña abrió los ojos de la familia de Vicmar y se encargaron de ella. El viernes 29 de julio, una pediatra llegó a la habitación de Ana Bárbara para evaluarla. Vio su estado crítico y las quemaduras que tenía en sus manos. Le preguntó a la niña: ¿quién te hizo esas cicatrices? Y contestó inocente, que su madre Vicmar. La pediatra, molesta ante el caso de maltrato que tenía frente a sus ojos, colocó la denuncia en el Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente. Los funcionarios evaluaron el caso y se presentaron en el hospital con efectivos de la Policía de Trujillo, la Fiscalía Novena con sede en Boconó y Cuarta de la entidad andina, para evitar la entrada de los padres. Los abuelos maternos de los hermanitos Mejías Vásquez, que viven en el estado Guárico, se enteraron de lo ocurrido y viajaron 12 horas, hasta llegar a Trujillo. A ellos les otorgaron el cuidado de su nieta.
Detención
Tras investigaciones los detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), subdelegación Boconó, aprehendieron el pasado sábado 6 de agosto, a Luis Mejías. Este martes en la tarde, arrestaron a Vicmar, quien ayer tuvo su primera presentación ante Tribunales y su esposo tuvo la segunda presentación.
Los sabuesos del cuerpo detectivesco, el martes, por ordenes de la Fiscalía y autorización del Consejo de Protección, realizaron la exhumación del cuerpo de “Manuelito”, en el cementerio municipal de la ciudad andina.
Le practicaron la necropsia de ley que nunca se le realizó, y esta arrojó que el pequeño “tenía varios huesos de su cuerpecito rotos, presuntamente por los golpes que sus padres le daban, además de obligarlo a comer junto a su hermanita, conchas de plátano y cambur que lanzaban a la basura”, reveló la informante, quien pide a las autoridades que este caso no quede impune. “Este hecho no puede quedar como el niño de Guanare, que por vínculos con el gobierno nadie pagó sentencia por su muerte”, expresó la dama desbordada en llanto, vía telefónica.
Tristeza
Los vecinos de la urbanización Antonio José de Sucre, en el municipio San Francisco, expresaron su alegría por la detención de Luis y Vicmar. Pero mostraron su dolor ante la pérdida de un pequeño inocente y la gravedad en la salud de su hermanita, a quien el martes le quitaron los antibióticos. “Ellos no tuvieron una gota de alegría en sus vidas”, apuntaron.
