“Adrián recibió un disparo de un arma de reglamento”

Todos los sueños se le derrumbaron al licenciado Adrián José Duque, de 24 años. El joven ya tenía planes adelantados para concretar su propia firma de contadores. Pero, supuestamente, un guardia nacional le disparó en el abdomen cuando intentaban reprimir las manifestaciones en El Saladillo.

“Yo fui quien lo auxilio, yo vi cómo un guardia le disparó, casi a quema ropa, con su arma de reglamento”, puntualizó un compañero de lucha, quien prefirió no identificarse.

Sin embargo, Gervacio Vera, jefe del Cicpc-Zulia, precisó que al contador lo mató una metra que salió de un chopo (arma de fabricación casera).

En la avenida principal del sector Haticos 2, la casa que compartía con sus padres y tres hermanas fue el escenario para el acto velatorio de Adrián, ayer, desde las 11:00 de la mañana.

El silencio aterrador reinaba en la sala. En el centro estaba su urna. Rodeada de dos coronas de flores y un escudo, del Capitán América, el mismo que había escogido para luchar por su país el día que murió. Aún se veían sus abolladuras. Sobre él, en forma de arco, una cinta tricolor con la frase “Nuestro Héroe”. 

Siempre luchador

Como un guerrero. Sobre su cabeza reposaba una gorra con los colores de la bandera. Estaba ataviado, como de costumbre. Tenía una camisa blanca con lunares grises, de sus favoritas. Muchos, incrédulos, se acercaban a la vidriera y explotaban en llanto.

Fuerte de carácter, admirable, respetuoso, responsable y luchador son las algunas de las cualidades más resaltante que refieren los familiares y amigos del joven. El contador era cariñosamente conocido como “Yaya”, su hermana gemela tenía difi cultades para pronunciar su nombre y comenzó a llamarlo así. El resto de los familiares adaptaron el apodo.

Parientes contaron que los días de Adrián comenzaban a las 6:00 a. m., puntual, para iniciar su jornada laboral hasta las 5:00 p. m., llegaba a casa para cambiarse y e irse al gimnasio. Los fines de semana salía con sus amigos y con su novia, con quien tenía una vida llena de planes a futuro, la pareja que ya había compartido por seis años. El fútbol era su pasión. Siempre jugaba con los amigos del barrio.