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“Fiebre de guanarito” sigue cobrando vidas en Los Llanos

Conocida también como Fiebre Hemorrágica Venezolana (FHV), es una patología considerada como problema de salud pública en los estados Portuguesa y Barinas. El médico y político venezolano Rafael Orihuela informó que cinco personas, todos de una misma familia, murieron esta semana por una fiebre hemorrágica en el estado Barinas. “Esta familia recolectaba caraotas. Excepto un niño, una mujer embarazada y un anciano, los fallecidos por Fiebre Hemorrágica Venezolana en Barinas son adultos jóvenes”, relató en su cuenta en Twitter (@raforih).

Indicó que estos casos han sido “ocultados por las autoridades” venezolanas. “Lo que dice Barinas, además de omisión cómplice (del) epidemiólogo regional, es que (el) área endémica de fiebre Hemorrágica Venezolana se extiende”.
Ante la fuerte escasez de agua en el país, que se ha sumado a la grave crisis en el sector salud, enfermedades como escabiosis, malaria, zika y tuberculosis cubren el territorio venezolano.

“La enfermedad, exclusiva de Venezuela, es causada por el contacto con excretas de roedores, específicamente de la especie Zygodontomys brevicauda (ZB), conocido como el ratón de la caña de azúcar”, explicó el médico internista Róger Sánchez.

Las personas afectadas por el virus suelen presentar síntomas como por fiebre, cefalea, mialgia, dolor de garganta, debilidad, anorexia, náuseas, vómitos y ocasionalmente convulsiones. “El 40% de las personas que padecen la fiebre de guanarito fallecen”, acotó el doctor Sánchez.

Fue identificada originalmente en el estado Portuguesa (municipio Guanarito) a partir de abril de 1990 y coincidió con la primera epidemia de dengue hemorrágico en Venezuela asociada al virus dengue.

Los estudios de distribución geográfica del virus Guanarito en Venezuela demuestran que su hospedero natural, el ZB, está ampliamente distribuido en los llanos centro occidentales de Venezuela. El virus Guanarito circula en los estados Portuguesa, Barinas, Guárico, Cojedes y Apure. Habita en sabanas, matorrales espinosos, arbustos, pastizales, campos agrícolas, y otros tipos de hábitats naturales abiertos, en América Central y del Sur.

Diagnóstico
Según el doctor Róger Sánchez el diagnóstico de la FHV puede establecerse usando los siguientes criterios: historia epidemiológica, signos y síntomas iniciales y alteraciones hematológicas. Se consideran como diagnóstico diferencial otras fiebres hemorrágicas como dengue, fiebre amarilla, hepatitis, leptospirosis, fiebre tifoidea, fiebre hemorrágica con síndrome renal, entre otros. El diagnóstico etiológico específico de FHV puede realizarse mediante el aislamiento e identificación del virus en cultivos celulares.

Tratamiento
El doctor Héctor Paredes Vargas, del Centro de Investigaciones de Virosis Hemorrágicas y Enfermedades Transmisibles, señala que la FHV no tiene actualmente un tratamiento específico, “es necesario establecer un manejo de soporte fundamentado en las características clínicas y las alteraciones hematológicas de la enfermedad tales como corrección de líquidos y electrolitos, expansores plasmáticos y derivados sanguíneos y otros que el paciente requiera. En la actualidad se aplica un protocolo clínico terapéutico de Ribavirina IV para demostrar su eficacia en los pacientes con FHV. La Ribavirina ha tenido actividad antiviral contra el virus Junín y Guanarito in vitro”.

Hay que prevenir
El investigador Paredes Vargas afirma que las medidas profilácticas recomendadas en la prevención de las fiebres hemorrágicas por arenavirus tienen como puntos comunes lograr la interrupción de la transmisión del virus desde los roedores a los humanos, de persona a persona, y del material de laboratorio infectado al personal que realiza los estudios. El control de roedores mediante la eliminación de los mismos, fue una medida efectiva para la disminución de las fiebres hemorrágicas. Una alternativa es la sustitución de cultivos para controlar la población de este roedor.

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