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El duelo puede afectar la salud

Perder a un ser querido siempre representará una serie de cambios físicos que puede ocasionar dolor de cabeza, sensación de agotamiento, caída del cabello por estrés, trastornos del sueño, falta de apetito y cambios significativos en el peso, sin que el doliente haya hecho nada para causarlo.

Estos síntomas se deben a que la mente y el cuerpo no son entes separados. El proceso psicológico siempre va a estar acompañado de sintomatología física. La somatización que se origina por duelo es una de las complicaciones físicas más graves que puede presentarse durante el luto.

La psicóloga Stephanie Ortega explica que la somatización no es una etapa del duelo, es el reflejo de una conmoción en el cuerpo y su origen radica en las emociones, sobretodo cuando los sentimientos son retenidos.

El paciente Miguel Morales de 20 años, quien perdió a su mamá hace dos meses, relató que no proyectó sus emociones, alegando que no quería empeorar el estado de su papá y hermanos. Pasó sus días ocupándose en otras actividades para hacer a un lado el contacto con el dolor. Al cabo de un mes, comenzó a sentir dolor a nivel del pecho, semejante a un malestar coronario.

Miguel acudió con varios especialistas y el diagnóstico era de buena salud física, sin embargo su malestar persistía. “Yo sentía que me iba a morir infartado igual que mi mamá”, expresó Morales. Sin embargo, los estudios indicaban lo contrario. Al acudir a un psiquiatra se le diagnosticó un cuadro somático, ansioso y depresivo por reprimir sus sentimientos. Al ser medicado su malestar fue desapareciendo.

El cerebro es capaz de enviar señales al cuerpo que generan en el individuo síntomas y malestares reales, pueden presentar dolores musculares muy fuertes que asemejan dolores cardíacos, malestar estomacal que se puede confundir con reflujo o gastritis e incluso pueden manifestar dificultades respiratorias, asociadas a problemas pulmonares.

“Una persona que haya tenido una pérdida de un ser querido puede somatizar síntomas similares a los de la persona fallecida, ya que se proyecta su miedo a la muerte y temor a padecer de lo mismo”, explicó la psicóloga Ortega.

Ayuda especializada

Ninguna molestia física debe pasar por alto. Si una persona re ere cualquier tipo de síntoma o malestar, lo apropiado es dar la atención que se requiera, en caso de tratarse de un proceso anímico debe recibir la ayuda adecuada.

Recurrir a un psicólogo o psiquiatra dependerá de una serie de señales fáciles de percibir. Por lo general el trastorno de somatización es tratado por psicólogos que evalúan y tratan al individuo por medio de terapias. El afectado debería tener una mejoría en un lapso de 15 días o menos.

Cuando el doliente se atiende con un psiquiatra es porque existe un cuadro de depresión crónica. El especialista está en la potestad de medicar antidepresivos para estimular el cerebro y las hormonas segregadas por el mismo, como lo son la serotonina, endorfina y dopamina, que son responsables del placer y la motivación, aliviar el estado de ánimo y producir felicidad. Al estar medicado, los síntomas van a mejorar ya que es el cerebro quien los produce.

“Cuando una persona atraviesa por un proceso de duelo, el acompañamiento familiar es primordial para poder sobrellevar la situación, es esencial que los dolientes busquen unirse para poder desahogarse y evitar ese sentimiento de represión que puede traer complicaciones emocionales a futuro”, señaló la especialista Ortega.

“La somatización por duelo no es considerada un trastorno. Es un diagnóstico situacional, ya que se presenta por situaciones específicas en un momento determinado”.

 

 

 

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