El diario plural del Zulia

Víctor Maldonado: “Una calle sin disciplina y conducción se agota”

Opina que la MUD volvió a caer en las trampas del Gobierno. Ve más potencial en el chavismo desencantado que en una oposición alineada

ENTREVISTA // Víctor Maldonado, politólogo, opina que las protestas cesaron con el anuncio de las elecciones regionales.

“Ellos mismos han dicho que la Asamblea Nacional Constituyente es un fraude y no la reconocen, y para colmo se sientan a conversar con uno de los interlocutores del Gobierno, que es Delcy Rodríguez, presidenta de esa Asamblea”, señala Víctor Maldonado, analista político y organizacional, sobre el reinicio del diálogo entre la Mesa de la Unidad Democrática y el Gobierno nacional.

Vaticina que cuando las movilizaciones se reanuden será con una dirección política distinta y en el marco de otra coalición ética.

“Lo que se rompió entre la calle y la dirección política fue la confianza. Un dirigente político no puede fundar su liderazgo en la incongruencia, y la verdad es que es demasiado fresco lo que decían hace mes y medio y lo que ahora dicen”.

—Hay nuevas tentativas de diálogo entre la MUD y el Gobierno, algunos sectores de la oposición lo niegan, ¿qué opina de estos acercamientos?

—De nuevo la MUD cayó en la trampa de la agenda del Gobierno. Demuestra una vez más que no es capaz de ser transparente ante los ciudadanos. Por un lado dicen que van a República Dominicana a notificarle al Presidente que ellos tienen unas condiciones para la negociación, y casi que en simultáneo se muestran evidencias de que están en fases de negociación. No es la primera vez que el Gobierno utiliza el diálogo para reconstruir su legitimidad ante el mundo, y es lamentable que de parte de la MUD no haya un criterio más estratégico y congruente con lo que ellos les dicen a sus ciudadanos, que al fi n y al cabo deberían ser los dueños del proceso.

— ¿Pero se trata de incongruencias políticas o de una incapacidad para comunicar que en efecto sí hay negociaciones y de qué se tratan?

—Siguen improvisando. Si tú no preparas cada jugada política, si tú no tienes propósito sino que compras el propósito del Gobierno, no hay forma de que termines siendo consistente y no hay forma de que no repitas los mismos errores. Los ciudadanos tendríamos que preguntarnos por qué cometen los mismos errores con los mismos interlocutores: Luis Aquiles Moreno, Timoteo Zambrano, Julio Borges y Manuel Rosales. Todos criticados de no poder hacer lo que están haciendo. Ellos no están negociando por cuenta de los partidos, sino por cuenta de un país que no les ha encomendado ese mandato.

—La MUD viene de un proceso de primarias que, por ejemplo en Zulia, supuso una pelea entre partidos, ¿salió la coalición más o menos fortalecida de este proceso?

—Al parecer las reglas no fueron lo suficientemente claras y se encuentran con un problema, porque los desencuentros fueron muchos en algunas regiones importantes del país, y creo que eso le resta potencia al curso de acción electoral que ellos asumieron. Siento que la ciudadanía no logra salir de la perplejidad que supone haber cambiado radicalmente el discurso, el haber eliminado las protestas, haber detenido el funcionamiento de la Asamblea Nacional.

— ¿Habrá una participación masiva en las regionales, debe votar el pueblo o abstenerse?

—El desafío de cada ciudadano es preguntarse qué le concede tiempo al Gobierno y qué le concede legitimidad a la Asamblea Nacional Constituyente. No es un tema de votar o no, los ciudadanos pueden hacer lo que quieran, siempre y cuando estén conscientes de que hay cursos de acción que le conceden tiempo al Gobierno y lo legitiman.

— ¿Las elecciones regionales son unos de esos factores de legitimación?

—Un CNE validado por la Asamblea Nacional Constituyente, unas elecciones convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente, cuya fecha y condiciones las puso la Asamblea Nacional Constituyente, configuran un proceso que, de darse, legitima a la Asamblea Nacional Constituyente.

— ¿Deben los ciudadanos esperar algo de los militares, que en su mayoría guardan silencio ante esa violación de Derechos Humanos y al hambre?

—Este es un Gobierno militar, de militares en el poder que manejan las empresas públicas y los principales ministerios. Por lo tanto no espero nada de un gobierno militar. Todos los ciudadanos deberían tener presentes que hay un deber con una Constitución que hay que mantener vigente, y que todas las atribuciones que pueda tener un militar está prevista en la Carta Magna, que cualquier otra cosa es un exceso que en algún momento puede ser pagada con cárcel. Creo que muy mal hacen los venezolanos si esperan que los militares que están en el Gobierno decidan dejarlo, a menos que los militares vean que hay un desafío cívico persistente que los obligue por razones de ilegitimidad a tomar una decisión.

—Habla de un desafío cívico, ¿pero usted cree que las protestas de calle se reactivarán?

—Creo que las protestas cesaron en el momento que el Gobierno lanzó la banana envenenada de las elecciones regionales y no cayó al piso porque todos los partidos políticos salieron corriendo a recogerla. Eso que se llama la calle es un reduccionismo de lo que debería serla movilización cívica. Y está claro que una calle sin estrategia, disciplina, conducción y sin un curso de acción claro, se agota. Porque la ecuación de la calle es que desgaste más al Gobierno que a la calle misma y eso no se manejó bien. Las razones por las que salieron a protestar están vigentes.

—La exfiscal Luisa Ortega también está de gira internacional, habla de altos mando chavistas implicados en escándalos de corrupción pero dice no los revela para no “quemar todos sus cartuchos”, ¿por qué debe confiar la oposición en ella?

—En la política no hay enemigos sino aliados o adversarios y digamos que por razones por lo que dijo en su momento y por cómo fue tratada por la Asamblea Constituyente, ha terminado siendo un aliado excepcional. No solo por lo que puede desenmascarar del régimen, sino porque estando fuera es un referente más de lo que ocurre en el país. Hay una gran posibilidad en el chavismo desencantado, finalmente los procesos políticos se construyen así. Es preferible un chavismo desencantado que contribuya al desgaste del régimen, que una oposición alineada con la relegitimación del régimen. Antes no teníamos ni un cartucho. Cómo lo dispare y en qué tiempo, dependerá de lo que ella sabe y pueda decir.

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