El diario plural del Zulia

Venezolanos sobreviven con Bs. S 2.225 durante una quincena mientras cobran el aumento salarial

Antes del aumento del 15 de enero, los productos aparecían en el comercio con un incremento del 50 %, mientras que los ciudadanos percibieron en su quincena el equivalente a un solo producto de la canasta básica

La inestabilidad económica se convirtió en un desastre cíclico en Venezuela. Antes de que se anunciara el decreto del aumento en 300 % al salario mínimo, el pasado 14 de enero, el pueblo ya se veía sacudido por el alza de precios en todos los productos.

El salario pasó de Bs. S 4.500 a 18.000; sin embargo, para el 15 de enero, en las cuentas bancarias de los ciudadanos, solo se reflejaron Bs. S 1.150, dígitos que corresponden a la mitad del sueldo, porque el pago restante de Bs. S 1.350 que forma parte del subsidio del Gobierno, se hará efectivo en 4 o 6 días, dependiendo de la banca a la que estén adscritos los trabajadores.

Lo que significa que los venezolanos tienen que sobrevivir, durante dos semanas, con un pago que para estas fechas solo alcanza para comprar dos kilos de papas.

¿Especulación o supervivencia comercial?

Los compradores se ven frustrados ante lo que denominan una "inclemente especulación" de los comerciantes. Los rostros de decepción reflejan que el aumento a Bs. S 18.000 se desliga de la inflación actual, lo que conlleva más penurias para los ciudadanos de a pie.

Los precios de los productos se incrementaron antes, durante y luego del anuncio que hiciera Nicolás Maduro. Las santamarias de muchos negocios aún siguen abajo, ante el desequilibrio de los precios y, aquellos que se atrevieron a abrir, lo hicieron con desconfianza y con los precios multiplicados "para evitar cualquier pérdida".

Con lo que antes resolvías para la comida de tres días, ahora resuelves para uno. El Gobierno puede aumentar cuantas veces quiera pero sin una regulación en el comercio, es imposible que se pueda resolver el desastre en el que nos encontramos, explica Jesús Pérez, un transeúnte que se disponía a comprar en el Centro, pero que se marchó con las manos vacías.

Para Álvaro Álvarez, un comerciante con 14 años en el negocio de Las Pulgas, la situación también se vuelve insostenible. En el transcurrir de un día ha llegado a cambiar hasta tres veces el precio de un mismo producto. Explica que las distribuidoras incrementan el valor constantemente y, en varias ocasiones, le ha tocado invertir el mismo capital por una menor cantidad de productos, pues se los venden con sobreprecio.

En cuestión de horas tuve que aumentar el cartón de huevos de Bs. S 5.800 a 7.500. Nos ven como los ogros, pero tenemos familia y sabemos lo que padecen todos. No me gusta especular, pero se ha convertido en una realidad para lograr supervivir en estos donde la fragilidad económica reina, aseguró con aflicción Álvarez.

Aumento salarial cíclico

Desde el 2013 se han aumentado 23 veces el salario mínimo. Solo en 2017 y 2018 se decretaron 12, lo que significa un ajuste salarial cada dos meses. Para este año el economista, Luis Oliveros, prevé que se hagan de forma mensual o quincenal, porque se ha convertido en un hecho repetitivo que agudiza la hiperinflación.

En el centro de la ciudad los comerciantes y compradores vivieron, en medio del anuncio de Maduro, los estragos de la contracción económica. El aceite cambió de Bs S. 1.300 a 2.200 en efectivo. El arroz pasó de Bs S. 500 a rozar los 1.000, mientras que productos como la mantequilla y la mayonesa alcanzaron los Bs. S 2.500.

Los consumidores se mostraron atónitos ante la situación y tildaron a los vendedores de irracionales por el ajuste previo de los productos, aún cuando el salario no se hará efectivo en el primer pago de enero. Mientras un kilo de carne varió de Bs. S 3.500 a 7.000, el subsidio de Bs. S 1.350 del Gobierno, en conjunto a la quincena de las empresas, apenas alcanzó los Bs. S 2.250.

El aumento desmedido y de un día para otro, se explica por el miedo a la pérdida de capital producto de la devaluación ante el reajuste salarial, según Oscar Pérez, un vendedor de la zona.

Los pañales pasaron de Bs. S 5.400 a 8 mil, las carnes varían entre Bs. S 5.500 y 7.000, cuando hace una semana costaba apenas 3.500 y el queso superó la barrera de los Bs. S 6.000. Además la harina de maíz, que antes costaba menos de Bs. S 1.500, ahora por punto de venta llegó a los Bs. S 3000.

Los dueños de negocios aseguran que los distribuidores venden los productos a como ellos lo consiguen y, como ellos facilitan la mercancía y el transporte, tienen que adaptarse a los cambios que les imponen.

Antes bajaban los precios cuando era al mayor, pero ya no es así, y mientras más aumentan el salario menos dinero dan en los bancos, vuelve la diferencia de precios con punto de venta y efectivo y se repite la historia de hace meses", explicó Ferrer.

Ante las medidas impuestas por el mandatario nacional, los venezolanos solo continúan en la esperan de un milagro que alivie sus bolsillos. La combinación del encaje legal hacia los bancos en 60 %, con el ajuste del salario mínimo conlleva resultados desastrosos que, ya se conocen, y que resultan del accionar circular de un Gobierno que se quedó sin ofertas.

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