El diario plural del Zulia

Valen más como metal

Ni las monedas de un bolívar, ni los billetes de dos. A José Prieto, Pancho Isea, Israel Moreno y Sonia Villa no le son útiles.

— Tome, hermano, y agradecido. José Prieto le dio tres billetes de dos bolívares y seis monedas de un bolívar al muchacho que limpia parabrisas en el semáforo de Amparo, en la Circunvalación 2.

— No, hermanito, déjelo así— le respondió el joven, al tiempo que hacía un ademán con sus compañeros de oficio como para que al señor Prieto le quedara claro que ese dinero no es válido aquí.

No hay regulación oficial que limite o anule la circulación de estos dos componentes del cono monetario nacional, advierte el economista Gustavo Machado. El Banco Central de Venezuela (BCV) no se ha pronunciado.

valorversionfinalAún así, los comerciantes formales, ni quienes venden golosinas en la calle las aceptan. A Israel Moreno casi se las lanzan en la cara cuando pretendía pagar verduras y frutas en el mercado Santa Rosalía.

Porque en Venezuela el bolívar vale más como metal que como moneda.

De toda nulidad

En cada esquina de la Circunvalación 3, El Marite y vía a La Concepción hay una “chatarrera”. En La Limpia hay otras. Los anuncios de venta/ compra de cobre, aluminio y bronce se diferencian del resto de los anuncios de otros comercios porque allí siempre hay alguien.

Pancho Isea trabaja en una “chatarrera” de La Limpia.

Según un trabajo especial de la BBC Mundo, el metal con el que se hacen las monedas es más valioso que su precio nominal. “Por lo que efectivamente, el Gobierno del país en cuestión pierde dinero cada vez que fabrica una moneda en esas circunstancias (…) En vez de usar el cambio suelto para comprar bienes o servicios, puede resultarle mejor negocio fundir las monedas y venderlas por el costo del mineral con el que se fabrica”.

Víctor Torrealba, en su blog Monedas de Venezuela, afirma que el Gobierno de 1965 recogió los reales y medios de plata para sustituirlos por los hechos con níquel.

El bolívar es la moneda de curso legal en Venezuela desde el 31 de marzo de 1879, así lo instauró el presidente Antonio Guzmán Blanco. En ese momento creó el bolívar de plata. Circuló libremente hasta la década de los 70 del siglo XX.

— ¿Aquí funden bolívares?

— ¿Bolívares? No, no— responde Pancho Isea. Aunque bueno, el encargado no está, si quiere esperar (…) Porque no está mala la idea; esas mondas no las acepta ni el vendedor de periódico de la avenida— alega.

Un artículo publicado en Forbes —citado por la BBC Mundo—, estima para el último semestre de 2015 “fundir una tonelada de monedas de un bolívar produciría metal por valor cercano a los US $ 7.700”.

Las actuales monedas son de níquel en el centro y latón alrededor.

Practicidad en las transacciones

— ¿Por qué no puedo pagar con monedas y billetes de dos? — pregunta Israel Moreno, consumidor.

— Porque eso no vale— responde un vendedor del mercado Santa Rosalía. No me los acepta ni el Banco Central (BCV) ni en los tarantines donde almuerzan mis trabajadores— sentencia el comerciante mientras cuenta billetes de 50 y de 100.

El tema aquí son los precios: se caracterizan por su inestabilidad. Desde el 2007 se han multiplicado más de veinteprodavinciversionfinal veces. Gustavo Machado explica que este incremento hace cada vez menos práctico el uso de monedas y billetes de dos para las transacciones cotidianas.

La recomendación es, argumenta Machado, que BCV retire estos componentes del cono monetario y añada billetes de mayor denominación: eso significaría la introducción de un billete de 500, de mil y de dos mil.

Gustavo Gudiño, economista, sostiene que la razón por la que el BCV no emite estos nuevos billetes es que aumentaría la inflación.

Anabella Abadi y Joastin Rangel, en ¿Cuáles serían las consecuencias de emitir billetes de mayor denominación?, artículo publicado en agosto de 2015 en el portal Prodavinci, adelanta que esto es relativo. “Se generan presiones inflacionarias cuando hay más bolívares en circulación —liquidez monetaria— pero con una menor oferta de productos, lo que hace que cada bien y servicio tenga una valoración monetaria relativamente más alta. La emisión de billetes de mayor denominación no necesariamente se traduce en mayor liquidez y, por tanto, en mayor inflación”.

Sonia Villa, estudiante universitaria, intentó completar el pasaje de vuelta a su casa con 30 monedas de un bolívar. Primero le dio al chofer dos billetes de 20 bolívares, y cuando le extendió la mano con las primeras monedas, el señor le dijo que lo “dejara así”. Lo que se usa son los billetes de 50 y de 100. Aunque no valen mucho, afirma la joven.

— Es que con cien bolívares no se puede comprar un producto de la cesta básica alimenticia.

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