El diario plural del Zulia

Un mes de trabajo solo alcanza para un almuerzo en Venezuela

Zulianos aseguran que el reajuste del salario mínimo a Bs. S 18.000 apenas cubre el precio del plato principal del día

Comprar un almuerzo familiar de una necesidad pasó a ser un lujo en Venezuela. Se requiere el total del sueldo mínimo decretado el 14 de enero –Bs. S 18.000- para cubrir la comida más pesada del día de cuatro personas, desde comprarla en  la calle y hasta para prepararla en el hogar.

La imagen de los restaurantes abarrotados a mediodía dan paso a un ambiente de desolación, cuando quienes se acercan a los alrededores del local ubicado en el centro de la ciudad solo preguntan los precios, mientras huyen decepcionados ante el inclemente aumento. Los zulianos deciden sustituir el alimento principal del día, por panes y frituras que alivian, en gran medida, el gasto diario.

Desde diciembre el precio de los almuerzos se incrementó progresivamente. Los más completos, que incluyen seco, sopa y jugo, sobrepasan los Bs. S 3.500.

Para la sopa dominguera, Anabelle Durán gastó hace cuatro días más de la mitad del sueldo mínimo, pero estima que, con el aumento de esta semana,  el costo debe rebasar el reajuste económico decretado por el Gobierno.

En mi casa se gastan 16.000 soberanos y solo somos tres. La compra diaria consiste en una harina en Bs. S 3.000, medio kilo de queso en Bs. S 3.500, medio kilo de arroz en Bs. S 2.500, medio kilo de carne en 3.750 y un poquito de verduras en Bs. S 3.000, sin tener en cuenta el valor del pasaje”, alega Durán.

Las paredes de un restaurante colombiano, cercano a la Basílica, aún deja entrever los precios de los almuerzos, cuando el bolívar pasó a ser fuerte. Un combo familiar costaba Bs. F 85 y alcanzaba para un total de 5 personas, con bebida incluida. Ahora, Favio González, colombiano dueño del establecimiento y residenciado en Venezuela desde hace 6 años, asegura que el precio de un plato en su negocio alcanza los Bs. S 4.000.

En diciembre invertía Bs. S 30.000 para la producción diaria. Ya, para hoy, gasto más de Bs. S 150.000, lo que implica que el dinero que gané debo volver a invertirlo, por eso mismo, escribo en un cartelito una advertencia ‘estimado cliente, debido a la situación país, los precios varían todos los días”, detalla, con desanimo, el colombiano.

Además de contar con menos capital, David Briceño, un vendedor de la Plaza Baralt, ve negativa la queja de los zulianos que comentan el excesivo costo de los platos.

Dicen que está caro y ya uno no sabe cómo explicarles que nuestra ganancia es mínima. Según nos dijeron, el lunes habrá otro aumento y en esa misma medida nosotros debemos reajustar los precios de los servicios que ofrecemos en el negocio y así evitamos caer en quiebra”, explica Briceño.

La situación llega a niveles incontrolables: se necesitaría Bs. S 540.000 para asegurar el plato principal del día, en todo el mes, para los cuatro integrantes de la familia de Yulitza Quevedo, un ama de casa que se disponía a comprar en el centro de la ciudad.

Es imposible comer en la calle y comprar para hacer la comida también. Nosotros somos 5 personas y cuando no conseguimos cómo resolver lo que hacemos es comprar pan dulce o cualquier fritura”, asegura Yulitza Quevedo.

Pero Yulitza se muestra indiferente, aún cuando la solución repercute en la buena alimentación y la salud de sus hijos, ella prefiere olvidarse de las circunstancias y apaciguar el hambre con 5 empanadas que calman y alargan el sueldo mensual.

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