El diario plural del Zulia

Se necesitan 100 millardos de dólares para iniciar un proceso de dolarización

Economistas coinciden en que opción de dolarizar la economía colocaría a Venezuela en una posición vulnerable ante cualquier efecto que devalúe la moneda norteamericana

Muchas son las operaciones clandestinas que hoy se transan en dólares estadounidenses en una economía donde la hiperinflación devalúa al bolívar casi a diario. Desde la venta de un carro, una casa e incluso tratamientos médicos se cobran a veces con la moneda norteamericana.

Por ello, proponer una medida de dolarización en la economía nacional es uno de los principales debates que calan en la cotidianidad. A simple vista, muchos consideran que fijar la divisa estadounidense como la moneda oficial solucionaría los índices inflacionarios y, a su vez, extinguiría los principales problemas financieros del país.

Francisco Rodríguez, economista, plantea como objetivo principal para detener la hiperinflación, la dolarización como única medida que, por parte del Estado, puede garantizar la reducción de la tasa de oferta monetaria, a través de la sustitución de bolívares por los dólares en reservas internacionales del país.

La dolarización prohíbe el financiamiento monetario del déficit.  Esto aumenta el costo de mantener niveles de gasto insosteniblemente altos y puede por tanto promover la disciplina fiscal”, señala en su artículo de opinión publicado en Prodavinci.

De acuerdo con la última actualización del Banco Central de Venezuela (BCV), las reservas internacionales cerraron en enero con una caída del -2,9 por ciento, ubicándose en 9.248 millones de dólares, un monto insuficiente para siquiera iniciar un proceso de estabilización económica según el economista Carlos Peña.

Para realizar un proceso de dolarización, el año pasado se necesitaban 40 mil millones de dólares para iniciar un proceso de estabilización. Ahora estaríamos cerca de necesitar los 100 mil millones de dólares para poder estabilizar la economía”, sostiene Peña.

Argumenta que uno de los aspectos positivos de dolarizar la economía sería la reducción de impresión de billetes por parte de la banca venezolana y, por ende, no incrementaría el déficit fiscal al eliminar las políticas monetarias y alejarse de un Banco Central que lo rija.

La política monetaria quedaría atada al sistema bancario estadounidense, sostiene Peña, resultaría contraproducente pues la economía se verá afectada por las fluctuaciones del dólar y su relación con otras monedas.

Si llega una devaluación del dólar, nos veríamos afectados. Yo no digo que sea malo, el problema es que hay que analizarlo muy bien, si no el remedio puede ser peor que la enfermedad”, expresa.

 

No es la panacea

Para el profesor universitario y economista, Jesús Casique, el aspecto de mayor importancia ante un proceso de adoptar la divisa norteamericana sería la vulnerabilidad que ante cualquier shock internacional tendrá la economía venezolana.

La dolarización resuelve inmediatamente la inflación, pero la política fiscal no la va a resolver. Dolarizar no es la panacea de la economía”, agrega el catedrático.

A su juicio, la hiperinflación ubicada en 6.147%, de acuerdo con la Asamblea Nacional (AN),  continuaría acentuada si el BCV no toma medidas de disciplina fiscal y políticas monetarias.

Agrega la eliminación de expropiaciones y la burocracia para instalar una empresa, más una buena planificación cambiaria como desahogo a la economía.

 Colocando un ancla cambiaria o monetaria se resuelven los problemas que atraviesa el país. Desde un programa donde no se gaste más de lo que ingresa y no  continuar la liquidez monetaria disparada. Además, necesitamos reestructurar la deuda y unificar el tipo de cambio. Todo englobado en un programa económico coherente”.

Helimenas Espina, experto en materia economista, sostiene que considerar una reforma monetaria aunada a la divisa estadounidense sería ponerse de acuerdo con “el fraude global del que somos víctima desde 1971, donde después de la ley patrón oro, el dólar dejó de  tener ningún tipo de respaldo”.

Más que una disciplina fiscal el primer flagelo que debe divorciarse de la economía venezolana son los altos niveles de corrupción que hoy existen en la administración pública y en la población venezolana”, puntualiza.

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