El diario plural del Zulia

Riquezas minerales mantienen a la expectativa a China

El desplome de los precios del petróleo, la alta tasa inflacionaria y la falta de divisas, entre otras deficiencias que conforman la crisis económica que sufre Venezuela, no son suficientes para que China le quite el ojo inversor al país sudamericano.

Expertos en materia económica consultados por Versión Final argumentan que la potencialidad en recursos de diversos tipos que posee el país representa ganancias durante décadas para el gigante asiático, sin embargo, aseguran que aunque las negociaciones y financiamientos son necesarios, los recursos deben ser usados para impulsar la producción interna.

Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, argumenta: “Hay un realidad muy obvia y es que Venezuela más allá de la crisis, es la mina de petróleo más grande del mundo y por ello es absolutamente concreto que China tenga interés en desarrollar acuerdos que serían una gran ventaja a largo plazo. Para China, la inversión en Venezuela va más allá de la posibilidad de recuperar el crédito, sino de que ese crédito se convierta en compras chinas que están garantizadas en bienes y recursos naturales muy importantes”.

León acotó que para el país asiático invertir en este momento en Venezuela representa una oportunidad bien importante en términos de negocios y de protección de bienes.

cochinito de chinaPlanifican con lo nuestro Eddy Aguirre, director de la Escuela de Economía de la Universidad del Zulia, coincide con esta premisa: “Tenemos las mayores reservas probadas en minerales, en este momento el petróleo está muy bajo, pero sigue siendo necesario y nosotros tenemos aquí grandes cantidades, lo mismo pasa con la potencialidad del arco minero, y es indispensable aclarar que los chinos no ven como nosotros la inmediatez en sus procedimientos, ellos se planifican con una visión a 30 y 40 años, porque pese a que Venezuela está en una fase coyuntural, los recursos siguen ahí y lo estarán por muchos años”.

Luis Bravo, presidente del Colegio de Economistas del Zulia, añadió que a pesar de las dificultades económicas que vive el país, Venezuela siempre ha cumplido sus compromisos internacionales y que aunque siga endeudada sus reservas minerales son su mayor garantía de pago.

Para el coordinador del Departamento de Macroeconomía de LUZ, Alberto Castellanos, las próximos convenios que firme China con Venezuela podrían ser menos generosos: “Aunque el país asiático no va a dejar de crecer, su progreso ahora está siendo más lento. Anteriormente China tenía un progreso interanual en su economía de un 10 % mientras que ahora su progreso ha comenzado a ser de un 6% interanual”, detalló.

Según Castellanos, el gigante asiático de ahora en adelante será más restrictivo en cuanto sus préstamos: “China no nos puede prestar más de 5 millones de dólares porque la baja en los precios del petróleo ha hecho que este país no tenga la mínima capacidad de pago. Aunado a ello, el sistema de gobierno tiene una política económica deficiente, con un déficit fiscal que en los últimos seis años está por encima del 6% y eso es lo que se conoce como “riesgo país”, evitando así la emisión de bonos internacionales”.

Sugerencias de progreso
Especialistas en economía explican que aunque las precariedades que sufre la economía de Venezuela hacen necesarias las alianzas internacionales y la búsqueda de mecanismos que no sacrifiquen el bienestar social, estas no son la solución para que el país salga adelante: “¿Las fuentes de financiamiento en la historia, cuáles han sido? El recurso propio, la inversión extranjera y recurrir al endeudamiento, pero hay que ir priorizando y para ello se comienza por los recursos propios, buscar de nuevo atraer esos capitales que pudieran servirnos para recuperar la productividad, invertir y crear mecanismos enmarcados en la productividad interna y a recuperar las capacidades de producción, activando la tecnología ociosa y que con un esfuerzo mínimo pueden reactivarse”, enfatizó.

Aguirre y Castellanos coinciden en que el Gobierno nacional debe recurrir a la inversión extranjera, aunque eso implicaría la adecuación de un marco jurídico que permita garantizar la repatriación de sus inversiones en Venezuela. Otra opción sería recurrir a un endeudamiento externo que dé las bondades suficientes como los créditos blandos, cuya tasa de interés ronda el 2 % pero primero es necesario generar estabilidad y confianza suficiente para que la inversión venga al país y arranque el progreso económico este mismo año.

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