El diario plural del Zulia

Precio del pollo “despluma” bolsillo de los consumidores

“Nos comeremos las plumas, la cosa está arre...”, dice la gente cuando le pesan un pollo entero que cuesta 22 mil bolívares. Las aves emprenden su vuelo fuera del plato de la familia zuliana. El precio está desplumando el bolsillo. Sí, no es cuento, un kilo de pollo se vende hoy entre 10 y 12 mil bolívares, la pechuga de pollo cuesta 15 mil y lo que antes era el resuelve, las patas de pollo y el pollo molido, se consiguen en seis mil y ocho mil bolívares, respectivamente.

En su casa son siete personas, todos comen “más que un remordimiento”, relata. Montar el almuerzo es una tarea difícil, sobre todo si hay que multiplicar medio kilo de pollo para que alcance para dos veces. Este es el caso de Lucía González, una ama de casa que sale a diario a buscar el sustento con el poco dinero que su esposo le da. “Compré medio kilo de alitas en siete mil, para que me rinda le echo bastante verdura picadita, papa y trato que me alcance para dos almuerzos”.

Adolfo Pérez, profesor de Macroeconomía y Planificación Financiera de la Universidad del Zulia (LUZ) explica que la mayor dificultad que enfrenta el sector avícola es la falta de alimento para los plumíferos, lo que ha ocasionado graves problemas en su crecimiento y en la producción. El catedrático alega que el nuevo sistema de asignación de divisas (Dicom) no termina de adaptarse a las necesidades de los sectores productivos de la nación. Por tal razón, existe un déficit en la adquisición de insumos para mantener las operaciones diarias. “Hay dificultad en la obtención de insumos, no hay alimento suficiente para alimentar a los pollos, esto da auge a la especulación. Además de esto el Dicom no es sólido ni confiable y está afectando todos los mercados, es el marcador de la escalada de precios”.

Hendry Urdaneta tiene una carnicería en el popular mercado Santa Rosalía, en el casco central de Maracaibo. Este comerciante con más de 20 años en el negocio lamenta que los proveedores suban los costos de sus productos cada dos días provocando que el pollo y la carne que él vende reciba los golpes inflacionarios sin medida. “Cuando le peso un pollo a la gente se van rápido, yo antes era distribuidor mayorista y ahora solo vendo al detal y de a poco, en este país tiene que pasar algo porque los comerciantes no aguantamos”. Casos como el de Urdaneta son la evidencia de que algo anda mal en la economía venezolana. Así como él, grandes carnicerías que acostumbraban a vender entre 2.500 y 3.000 kilos de pollo semanales han reducido sus ventas a 500 kilos, representando una caída de más del 70%.

“Desmechaíto” rinde más

La señora Lucía dice que la receta para que el pollo le rinda es hacerlo “desmechaíto”, de esta manera, lo puede estirar para dos y hasta tres comidas. “Cuando compro pechuga de vez en cuando, lo desmecho bien nitico y lo rindo, antes yo no pensaba en eso, compraba hasta tres pollos pa’ la semana y comíamos bien, pero con la dieta de Maduro ya no se puede”.

Los grandes distribuidores de pollo en Maracaibo han mermado sus ventas, en tal proporción que muchos de ellos han bajado las santamarías de sus negocios alegando la insostenibilidad de los mismos.

Miguel Ángel Díaz, economista, atañe estas irregularidades al problema de la oferta y la demanda. Sostiene que el problema de fondo es que la cría de pollos es menor. “Los pollos los están matando muy pequeños porque no hay para alimentarlos correctamente. Esto incrementa su costo y el consumidor final paga el golpe fuerte. Los dueños de las carnicerías antes vendían 300 kilos semanales, hoy día venden, a lo sumo, 35.

La escalada inflacionaria está desatando consecuencias graves que afectan a todos los rubros”. El economista subraya que los insuficientes alimentos para animales son controlados por el Estado y no existe una distribución eficaz para el sector.

En el mercado periférico de La Limpia, un comerciante que vende pollos -quien pidió no ser identificado- contó que desde el aumento salarial del 1º de mayo el negocio se le ha hecho cuesta arriba.

“El presidente Maduro se equivoca y no le para a la gente. Parece mentira pero desde que aumentaron el sueldo la gente me compra menos, hasta las patas me las dejaron de comprar por lo caras que están”. Otros negocios dicen que picar el pollo no es rentable porque pierde agua y eso le resta ganancia, además, aseguraron que las mollejitas e higaditos, las cabezas de pollo y los cueros desaparecieron, ahora todo se vende completo. Todo o nada.

Nada se pierde

Algo positivo que tienen las situaciones extremas es que la gente se reinventa. La señora Lucía González dice que con el agua donde pone a cocinar la pechuga de pollo hace un caldo con el que salva una cena. “Del pollo aprovecho hasta los huesos, como me cuesta comprarlo, entonces hago milagros, la sopa es un resuelve, le pico unas arepas y cubro una cena, por ejemplo”.

Especialistas en materia económica concuerdan en que el Gobierno tiene la mayor responsabilidad porque su única política ha sido elevar el salario mínimo dejando a un lado el problema de la inflación. Aunado a esto, la insuficiente asignación de divisas que necesitan los productores para garantizar la distribución de alimentos para toda la nación. Estos errores tienen al sector avícola en una precaria situación que empeora con el pasar de las días.

Lea también
Comentarios
Cargando...