El diario plural del Zulia

Muelles fantasmas, corrupción y desempleo destruyen a Pdvsa

El 7 de mayo de 2009 el Gobierno de Hugo Chávez oficializó la Ley que reserva al Estado los bienes y servicios conexos a las actividades petroleras, con la cual se procedió, al día siguiente a “nacionalizar” 106 compañías que prestaban servicios de actividades primarias, secundarias y terciarias a Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (Pdvsa) en muelles de Lagunillas, Cabimas, Bachaquero, San Francisco y Maracaibo.

Cerca de 90 mil trabajadores, entre fichados con contrato colectivo Pdvsa y tercerizados resultaron seriamente afectados en el proceso, en el cual solo 3 mil trabajadores del sector primario fueron absorbidos por la industria de forma irregular. Los consultados lo corroboran.

“La noticia llegó a mis oídos una tarde en Barinas: ‘Se va a celebrar la segunda batalla del Lago de Maracaibo’ me dijeron, yo pregunté ¿Qué significa? Me respondieron: ‘Significa que el Estado asumirá todas las contratistas privadas que prestan servicios a Pdvsa, eso me marcó. Llamé a mi jefe en la naviera Tricomar y le expliqué, pero no me creyó. Después se lamentó, nos lamentamos todos”.

Así lo recordó Rafael Zambrano, exdirectivo de Fedepetrol, y actual secretario de trabajadores marinos, quien no duda en calificar la acción como una “confiscación”.

Zambrano sostiene que días antes de consumada la confiscación, recibió la información de que la “expropiación” obedeció principalmente a la “imposibilidad de Pdvsa” de honrar una deuda con más de 30 navieras por el orden de unos 17 mil millones de dólares.

Cifras del fracaso

Tanto Rafael Zambrano, como la diputada y entonces presidenta del Consejo Legislativo del Estado Zulia (CLEZ), hoy presidenta del Parlamento Latinoamericano de la Asamblea Nacional (AN), Marianela Fernández, ofrecieron números devastadores:

Zambrano precisó que “90 mil fueron los trabajadores afectados por 106 contratistas confiscadas, 14 de ellas eran muelles principales ubicados en el sector Las Morochas, en Lagunillas y otros muelles en Cabimas, Bachaquero, San Francisco y Maracaibo”.

Agregó que “80 mil trabajadores de la actividad terciaria (Servicios, ferretería, fabricantes, comida, surtidores) quedaron por fuera y con ello la columna vertebral de la economía de la COL quedó resquebrajada”.

Detalló que “más de 4 mil laboristas de la actividad secundaria (trabajadores de apoyo: diques, muelles, mecánicos) quedaron por fuera de la industria y muchos de ellos más nunca pudieron regresar a sus quehaceres laborales y 8 mil 600 trabajadores de la actividad primaria, (Operadores, patrones, motoristas, marineros, cocineros) también quedaron por fuera, de ellos solo 3 mil fueron absorbidos por Pdvsa ejecutándoles un contrato desde cero a partir del momento de la absorción, suprimiendo el pago por antigüedad que corresponde”.

Los muelles de La Salina y Tía Juana –destaca Zambrano– al igual que el muelle Lagunillas Sur, son un cementerio de embarcaciones y el muelle de Bachaquero da dolor; embarcaciones hundidas, todo está acabado, más del 80 % de las contratistas confiscadas están inoperativas”.

En ese contexto, Marianela Fernández puntualizó que “se produjo un asalto y un genocidio laboral de tal magnitud que difícilmente sea superado y donde se robaron más de 300 lanchas en su momento, más de 36 gabarras y taladros, más de cinco astilleros en toda la COL, prometieron más de 8.000 puestos de trabajo y la cifra no llegó ni a 4.000 fichas entregadas”.

Ocho años después

Glenys Rivero, trabajador afectados que vivió el proceso, sentencia que ahora hay más tercerización.

“Las compañías PetroZamora y PetroAlianza solo tienen trabajando gabarras de líneas y conexión reparando tuberías para minimizar los botes de crudo –que es un tema grave– pero contratan por paquetes, se trabaja tres meses y en los próximos tres meses contratan a otro equipo para no acumular bene cios contractuales”.

El trabajador denunció: “Arman los paquetes directamente con los jefes de Pdvsa ubicados en los muelles. Cada jefe se encarga de una lancha, cobran su paquete adicional al sueldo de Pdvsa, el trabajador no goza de TEA y le dan es un pírrico bono a fin de mes para luego no contratarlo más”.

Rivero destacó que ocho años después de las con scaciones, la inoperatividad por equipos dañados es pasmosa. “De 900 embarcaciones que había en 2009, quedaron 200 operativas en el antiguo muelle Flags, hoy muelle Soberanía. Ocho años después, es decir, al 2017, las 200 lanchas están dañadas y fuera de servicio”.

El dirigente sindical Carlos Labrador, quien también vivió el proceso de nacionalización, aportó que Pdvsa expropió más de 800 embarcaciones, entre lanchas y remolcadores y a la fecha Pdvsa no tiene una sola unidad de transporte.

“Se expropiaron gabarras de líneas de flujo (que hacen mantenimiento y reparación de las líneas) y a la fecha se contabiliza la mayor cantidad de fugas de crudo en el Lago por falta de reparación de las tuberías, los muelles estatizados, todos muestran un rostro fantasmal, un cementerio de hierros.

De la producción

Labrador destacó que después de la estatización, los volúmenes de producción bajaron y siguen bajando considerablemente: “Antes del 8 de mayo, teníamos una producción nacional de poco más de 3 millones de barriles diarios, hoy apenas estamos sobre los 2 millones y de seguir esta anomalía en la industria, el último trimestre de este año terminaremos por debajo de los 2 millones de barriles diarios y eso es muy grave”.

Precisó que “como consecuencia de las expropiaciones, el Zulia bajó su producción a menos de 660 mil barriles diarios”.

El diputado y dirigente sindical Raúl Párica expresó que “una casta corrupta fue la que promovió la estafa a Pdvsa, donde se intercambiaban las unidades buenas por unidades chatarras, es decir, que ese ensayo de nacionalización de Pdvsa se convirtió en problema grave de operatividad.

Párica recordó que “se suscitó una ola de trá co en los cupos de empleo tan desastrosa donde aún se cabalga horarios y muchos quedaron fuera”.

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