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Médico venezolano: pacientes son enviados al hospital "a morirse"

"Aquí envían a los venezolanos a morirse", relató un doctor que prefirió mantenerse bajo la condición de anonimato, quien aseguró que los quirófanos no disponen de gasas u otros utensilios básico, situación que provoca desesperación en los familiares de los pacientes, volcándola hacia el personal médico. "Nos llegan cinco catéteres por semana y se nos agotan en una mañana. El enojo siempre es con nosotros".

La realidad que puede observarse en los principales centros de atención en el país es que los pacientes se acumulan en los pasillos de los destartalados recintos sanitarios. El 44% de los quirófanos no funcionan y en las farmacias ya no quedan medicamentos.

Hace poco más de un año, los principales hospitales venezolanos paralizaron la atención de pacientes por falta de materiales. Los enfermos se agazapan por los corredores para ser atendidos, mientras algunas enfermeras les dan su diagnóstico allí mismo.

En las salas se alargan las esperas de los recién operados entre sábanas caseras, con las que tapan también las ventanas sin cortinas. Algunos familiares traen sus propias mantas. Las paredes descolchadas, la suciedad y la poca luz crean un ambiente tétrico.

Dicha situación, fue advertida desde mediados de 2014 por el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, quien estimó que el 95% de los hospitales tenían sólo el 5% de los insumos; mientras que cifras oficiales situaron ese desabastecimiento en un 50%.

Por su parte, Elías Nacal, del cuerpo de cirugía general en el caraqueño Hospital Universitario, indicó que a esto se suma la insuficiencia de recursos se suma la fuga de personal especializado. "Muchas veces posponemos operaciones por la incapacidad de colocar anestesia. O bien por falta de neostigmina (fármaco para uso anestésico), o bien por falta de anestesiólogos".

"Nos vemos obligados a suspender cirugías a diario. Ese aplazamiento nos obliga a prolongar la hospitalización del paciente, y eso cuesta más dinero al sistema", apuntó Nacal, quien siente impotencia por ver a "pacientes deteriorarse y complicarse" sin poder remediarlo. En los centros privados ya se empieza a notar la falta de algunos materiales.

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