Los CLAP marginan al sector productivo
La soberanía alimentaria se centralizó en Venezuela en una caja con comida importada distribuida por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), programa social que desde su creación se ha visto envuelto en quejas por ineficiencia y presunta corrupción.
El Gobierno nacional anunció la inversión de Bs. 11.300 millones que fueron aprobados para la producción de los CLAP, lo que productores y empresarios rechazan pues el programa social los deja aislados y no cumple con las expectativas de la población.
Cipriana Ramos, presidenta de Consecomercio, cuestionó el financiamiento debido a que es la misma población la que paga por los rubros”.
“No entendemos para qué es el dinero invertido porque esos alimentos son vendidos a la población no son regalados, la gente paga por el producto y ellos solo tienen que reinvertir, el Gobierno está haciendo derogaciones como si los productos los estuvieran regalando, esto solo genera más corrupción y menos solución porque hay consejos comunales que cobran de más para el transporte y refrigerio”, resaltó.
En ese sentido, expuso que para el sector comercio y servicios es un fiasco pues no son ellos quienes están llevando de forma natural los bienes a los ciudadanos y lo que llega es poco a escasos sectores.
“Si hubiera inversión en la producción nacional estamos seguros de que todos los venezolanos estuvieran recibiendo los rubros que necesitan por la vía natural bien sea supermercados o abastos”, destacó.
Incentivan la importación
Lejos de generar políticas que contribuyan al reimpulso del aparato productivo se encuentran las cajas llamadas “Nicoclap” que están compuestas por 12 rubros, entre los más difíciles de encontrar en el mercado nacional, pero todos son importados de México, Estados Unidos y Canadá.
Productores nacionales rechazan el programa social y aseguran estar aislados del mismo ante la falta de inversión en la producción nacional.
“No tenemos ningún vínculo con los CLAP, tenemos muy poco que aportar hacia la planificación de los comités, nosotros arrimamos al mercado nuestra producción, la poca que queda y vamos a seguir trabajando para que el venezolano consiga productos hechos en Venezuela, que debería ser en cada mercado y abasto”, sostuvo Armando Chacín, presidente de Fegalago.
Chacín rechaza que venezolanos estén condenados a recibir alimentos cuando el Ejecutivo quiera y pueda y exigió que el Gobierno deje de jugar con al comida del venezolano. “Tenemos más de 34 millones de hectáreas para producir alimentos para los venezolanos y para exportar”, indicó.
El costo de esta caja es de 10.450 bolívares.
