El diario plural del Zulia

La revolución se mira frente a un espejo roto

Gestión de Maduro fractura al chavismo y acrecienta la disidencia

Las críticas a la gestión de Nicolás Maduro por parte de impulsores del Socialismo del Siglo XXI abren una brecha comunicacional importante que muestra las crecientes fisuras de un proceso revolucionario que, con Hugo Chávez al frente, se caracterizó por presentar una fisonomía monolítica.

El espejo se rompió. Sólo se ven fragmentos dispares.

Históricos representantes del oficialismo, encabezados por Luisa Ortega Díaz, exfiscal general de la República; Rafael Ramírez, exministro de Energía y Minas; Miguel Rodríguez Torres, exministro de Interior y Justicia; Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas; y Gabriela Ramírez; exdefensora del Pueblo; entre otros exdirigentes socialistas, cuestionados, perseguidos o presos, capitanean a una facción del chavismo descontento.

El pasado viernes 19 de octubre, Juan Barreto solicitó a la Organización de Estados Americanos (OEA), apoyar una transición para estabilizar el país. En uno de los argumentos contentivos en la misiva, el coordinador  del partido oficialista Redes, denunciaba que ni siquiera el exvicepresidente de la República, Elías Jaua, sabía el contenido de la nueva Constitución que redacta la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

La respuesta de Luis Almagro, secretario general de la OEA, un día después, generó un sismo de críticas en twitter, impulsado principalmente por representantes de sectores opositores radicales.

“Tomamos nota de esta petición. Hay también un pueblo chavista que, más allá de los horrores de la dictadura, es demócrata y solidario. Recibiré dirigentes ‘Chavismo Originario’ en fecha a acordar para discutir crisis y soluciones para Venezuela #OEAconVzla”, escribió.

Además de Barreto, Indira Urbaneja (excoordinadora del Movimiento Amplio Desafío de Todos, (Maddt) creado por el exministro de Interior y Justicia; Miguel Rodríguez Torres); César Mogollón (exdirigente del Maddt); Wilmer Nolasco (exdirigente del Movimiento Electoral del Pueblo y presidente del Sindicato Único Nacional de los Trabajadores de la Industria de la Construcción de Venezuela); y Carlos Hurtado (excoordinador del movimiento Clase Media Socialista y exdirigente del Psuv), destacan entre los rostros conocidos que consideran necesario el debate y que formarían parte de este grupo.

Entre las críticas más demoledoras contra el grupo que representa Barreto, destaca la del politólogo Víctor Maldonado en twitter.  “No hay pureza alguna en eso que se llama chavismo originario. Es solo colocarnos al principio de una trayectoria de degradación del derecho y de la extinción de la república. Chávez administró el país como si fuera su fundo. Privatizó lo público a su favor y de los suyos”.

Traidores y corruptos

El presidente Nicolás Maduro no tardó en contestar.

Lo hizo el miércoles 24 de octubre, en una reunión en el Palacio de Miraflores con varios intelectuales.

Qué vulgaridad tratar de llamar chavismo originario a la corrupción, a la descomposición, a la putrefacción de alguna gente. ¿Cuántos miles de dólares habrá detrás de esa jugada?, ¿Ustedes saben quién es el Chavismo Originario? El pueblo en las catacumbas de la calle, el chavismo originario es honesto, popular y leal a Nicolás Maduro, el presidente chavista, leal que nadie se llame a engaño por corruptos disfrazados de chavistas originarios, por favor, que Dios me bendiga y me proteja, amen, expresó el jefe de Estado.

Maduro arrecia en su discurso contra quienes lo cuestionan a través de aporrea.org y rebelión.org, plataformas que difunden noticias, entrevistas, ensayos y artículos de opinión, con base en los aportes de ideólogos, sociólogos, filósofos y pensadores de izquierda. Los portales, nacidos con la llegada al poder de Hugo Chávez Frías, se convirtieron en una especie de cajas de resonancia contra las decisiones del actual heredero político.

Javier Birdaeu, Toby Valderrama, Nicmer Evans y Luis Britto García conforman una fracción de un grupo de pensadores que genera escozor al hurgar sobre el proceso de cambio en las entrañas de la revolución, en detrimento de las bases consolidadas por Chávez.

“Lo que se está dando es la batalla de las ideas contra los intereses”, resume García, en reciente entrevista en rebelión.org, en la que afirma que fueron los intelectuales quienes crearon el piso ideológico del bolivarianismo.  “En el ámbito nacional esta batalla encarnizada se libra entre un grupo de intelectuales, fuera del poder, que defendemos un proyecto socialista, nacionalista, latinoamericanista, de defensa de nuestra soberanía, nuestros recursos naturales y nuestras empresas públicas, y otro grupo de aprovechados sin obra, lamentablemente algunos incrustados en el poder, que intentan someter al país a los tribunales extranjeros, favorecer y privilegiar a las transnacionales por encima de los nacionales, entregar los recursos naturales al capital foráneo, restringir la gratuidad de la enseñanza, instaurar las maquilas y dejar sin efecto las conquistas sociales”.

El pasado 11 de octubre, en un acto con representantes del sector obrero, en Caracas, maduro calificó a quienes lo cuestionan como “intelectualoides”.  Y entonces, disparó: “La izquierda es una limitación histórica. La revolución va mucho más allá de la izquierda. Somos bolivarianos, chavistas, antiimperialistas. Que nadie caiga en errores ni infantilismos de izquierda. Vamos a cumplir el próximo año 20 años en el poder”.

Contracción

Ricardo Lobo Acosta, historiador, afín con el proceso revolucionario, reconoce que han surgido, tendencias de cierta importancia, que producen “algo de ruido”, más aún no llegan a tener el impacto que deseasen.

El docente, presidente de la Fundación Renovando Esperanzas, ve una contracción en las altas esferas del poder y que deriva en una multiplicidad de grupos paralelos que se oponen a la línea que impulsa el Jefe de Estado.

“El problema de Maduro es que tiene un entrampamiento ideológico. Maduro se quiere abrir a una economía de corte neoliberal”, afirma Lobo Acosta. En ese camino, añade, se encuentra con barreras conformadas por defensores naturales del proceso, entre ellas, destaca a Diosdado Cabello y un grupo de constituyentes, además de ideólogos y pensadores.

“Nicolás usa a Chávez cuando le conviene”, insiste y destaca el papel de China como asesora de las más recientes decisiones en materia económica. “Así como estaba hasta hace poco la oposición, corporizada, con AD, UNT, PJ, VP y otros partidos, así está la revolución hoy. La diferencia es que Chávez los aglutinaba”.

Además de los Chavistas Originarios, también resalta como organización critica la denominada Plataforma en Defensa de la Constitución de 1999, que es la más mediática, integrada por los exministros Héctor Navarro (de Energía Eléctrica y Educación); Oly Millán  (de Comunas); Ana Elisa Osorio (de Ambiente);  Nuris Orihuela (de Ciencia y Tecnología); Jorge Giordani (de Planificación y Finanzas) y Rodrigo Cabezas (de Finanzas).

Cliver Alcalá, (ex4F), Santiago Arconada (dirigente sindical); Edgardo Lander (sociólogo); y Freddy Gutiérrez, constitucionalista; también forman parte de este grupo.

Eso sin contar con las posiciones críticas aisladas de Luisa Ortega Díaz; exfiscal general; Gabriela Ramírez, exdefensora del Pueblo; Rafael Ramírez, exministro de Energía; Eva Golinger, asesora; Miguel Rodríguez Torres, exministro de Interior; Marcos Hernández, presidente de la ONG Periodistas por la Verdad; y Andrés Izarra, exministro de Comunicación.

En un artículo publicado el martes en aporrea.org, Nicmer Evans, trataba de explicar las causas de la disidencia. “Exchavismo es toda la expresión de una gran mayoría de venezolanos que creímos y apostamos por pensar que en la ‘encarnación’ de Hugo Chávez podíamos lograr los cambios necesarios, y nos dimos cuenta, algunos más temprano que otros, que esto era una farsa y vivimos la frustración de una revolución inviable, por culpa de un personalismo político que aspiramos no se vuelva a repetir más nunca en nuestra historia, estoy hablando de más del 80% de la población que alguna vez, por cualquier causa votó por Chávez o sus partidos”.

La disidencia cobra fuerza y sustituye a la oposición tradicional en Venezuela, considera Luis Vicente León, quien visualiza una potencial transición con esta tercera orilla de raíces socialistas como principal musculo: “Parece que hay una probabilidad más alta de que en el caso supuesto de producirse un cambio de gobierno, este fuera hacia un movimiento disidente interno en el chavismo, con conexión militar y con disposición a negociar con la comunidad internacional, en mejores condiciones que las que podría negociar Maduro”.

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