El diario plural del Zulia

La pobreza y el hambre echan raíces en Venezuela

La llegada de Nicolás Maduro al poder es lo que muchos especialistas destacan como el hecho que profundizó la crisis venezolana que venía desarrollándose desde mediados del mandato del expresidente Hugo Chávez.

El ingeniero agroalimentario y exdecano de la Universidad del Zulia, Werner Gutiérrez, resaltó en declaraciones con Versión Final, hechos como la mala administración de los recursos agropecuarios y la utilización de un sistema económico-agrícola equivocado.

“Esto ha arrasado nuestro sistema productivo, y nos mantiene sumergidos en la más alta inflación del planeta, que desvanece el poder adquisitivo venezolano”, enfatizó.

Por su parte, encuestas sobre las Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi) realizadas por distintas universidades de renombre alrededor del país, definen la situación actual como una crisis de ingreso que no se ha solucionado por falta de políticas sociales, provocando que se convierta en una problemática de empobrecimiento estructural, que para el 2015 se presentaba en un 30 % de los hogares del país y posteriormente llegando al 45%, siendo esta una cifra histórica en los últimos 16 años.

Estos datos dieron a conocer que la pobreza estructural ha aumentado en un 73 %. En solo un año, la mitad de los ‘no pobres’, pasaron a ser ‘pobres extremos’, convirtiéndose esta clasificación en predominante por primera vez en la historia.

El Programa Venezolano de Educación-Acción de Derechos Humanos (Provea), también determinó que para finales del año pasado, la pobreza estructural había aumentado de 21 a 29 % debido al deterioro de los servicios básico y de viviendas.

La prensa nacional e internacional ha publicado reportes y fotografías que evidencian que el índice de ciudadanos que hurgan en la basura en busca de alimentos va creciendo cada día. De igual forma, se ha registrado un aumento en el ausentismo escolar en distintas regiones alrededor del país por hambre, inseguridad y deterioro de la infraestructura en escuelas públicas y privadas.

Sobre esto, Gutiérrez afirmó que dichas conductas son propias de naciones muy pobres o que atraviesan periodos de guerra que atentan contra sus economías. “La diferencia está en que estas escenas deprimentes se reproducen en un país con abundantes riquezas”, enfatizó.

Dicha problemática no presenta soluciones, a pesar de los intentos del Gobierno por disminuir el impacto de la situación con misiones y programas de alimentación, como los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

“Como lo advertíamos en ese momento, el plan de Nicolás Maduro ha fracasado (…) Los CLAP están condenados a distribuir solo las migajas que un gobierno irresponsable, demagógico y populista ha decidido repartir a dedo en la población, luego de secuestrar los escasos alimentos disponibles en el país”, sentenció el experto.

Incluso la escasez y la falta de ingresos ha superado la inseguridad en los problemas que más agobian a los venezolanos, pasando esta ultima del primero al tercer lugar, según cifras de la encuestadora More Consulting en un estudio realizado a mediados del año pasado.

Panorama sombrío

Los números demuestran que las expectativas de mejora son pocas pues, según ellos, a finales de este año se observará un incremento en la escasez e in inflación en los productos de primera necesidad.

Los estudios de Encovi afrman que no se espera un comportamiento económico distinto, entendiéndose que se mantendrán o aumentarán los niveles de pobreza de ingresos, mientras que los ciudadanos que entran en la clasificación de no pobres, se mostrarán como un sector que perderá su calidad de vida de manera progresiva.

Gutiérrez expresó finalmente que la crisis alimentaria se agrava con el accionar del Gobierno. “Estamos frente a la mayor terquedad de gobierno alguno versus la sensatez que exige la crisis agroalimentaria que sufre el país”.

 

Invertir en divisas y bienes perdurables es la mejor opción

La creencia común de que lo más inteligente en materia económica es el ahorro, actualmente en Venezuela se ha convertido en una tarea imposible. “Como todo, ahorrar ahora es un lujo en la crisis. Si a duras penas se come, menos se ahorra”, expresó con desdén Keyla Pirela, mientras conversaba con un compañero de trabajo que la acompañaba a retirar de un cajero, que a los pocos minutos se quedó sin dinero.

Los expertos afirman que la moneda venezolana se ha visto devaluada numerosas veces por políticas económicas equivocadas aplicadas por el Ejecutivo nacional. Por otra parte, la tasa de cambio del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) se ubica actualmente en 652,66 bolívares por dólar, lo que indica más del 70 % de devaluación al valor del bolívar lo que vulnera el poder adquisitivo del ciudadano común.

Es por eso que muchos ciudadanos han optado por invertir medianas o grandes sumas de dinero en la compra de divisas extranjeras, como dólares, euros o pesos, para distintos fines. La cuestión está en la rentabilidad de dicha acción o el “para qué” de la misma.

“El bolívar se devalúa todos los días, producto de la inflación, mientras que el dólar mantiene su valor o lo incrementa en el tiempo. Es lamentable que el billete de mayor denominación en el país no alcance para nada por sí solo, y el hecho de que los ciudadanos quieran tener dólares en su poder es una forma de proteger su patrimonio”, expresó el economista Nelson Labarca.

El experto afirmó que esto se refiere a que los ciudadanos comunes y las empresas necesitan velar por sus recursos en moneda extranjera, en vez de hacerlo en bolívares, por su baja denominación.

“La idea está en mantener los bienes e invertir en divisas porque estos elementos no se desprecian ni se devalúan. El dólar siempre tiende a la alza, al igual que los muebles e inmuebles, producto a la escalada de los precios”, agregó el experto.

De fácil movilidad

Luis Bravo, presidente del Colegio de Economistas, concordó con la iniciativa. “Siempre me ha parecido algo fenomenal. El dólar, les guste o no, es la moneda que maneja comercio internacional, pero la idea de adquirir dólares es movilizarlos con compra y venta de los mismos o compra de bienes como línea blanca, electrodomésticos, incluso vehículos usados, porque nada se hace con tenerlos, y encasillarlos esperando a que ocurra algo”.

También resaltó que adquirir bonos resulta una buena idea de inversión, sin embargo, expresó que la banca pública y privada está perdiendo sus atractivos por la situación actual y de caimiento de sus servicios.

 “Recomiendo tener un par de tarjetas de crédito, una para pagos y utilizar una libreta para contabilizar y registrar los gastos; de resto, los beneficios que un banco ofrece ya no lo son. Cada día vale menos la pena tener el dinero en el banco, pues ya nadie utiliza chequeras, y se pierde demasiado tiempo realizando transacciones simples como depósitos o retiros por falta de personal o ineficiencia de cajeros automáticos habilitados para dichas tareas”.

 

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