El diario plural del Zulia

Huesos y pellejos son el resuelve para comer

Comer tres veces al día se convirtió en un lujo para Graciela González, una señora de 68 años a quien los huesos se le marcan en la piel y los ojos saltan de su rostro; delatan los días de hambre que le han tocado vivir durante su vejez.

González visita todos los días las carnicerías del mercado Periférico La Limpia en busca de pellejos o huesos para resolver el almuerzo, el dinero que percibe de la pensión no le alcanza para comprar un kilo de pollo en Bs. 5.000 o de carne en Bs. 9.000. “Se me hace difícil comprar una harina en casi cuatro mil bolos, menos puedo comprar un pollo, prefiero comprarme un kilo de pellejos y acompañarlo con yuca, esos son el resuelve del almuerzo, en eso hemos quedado”, contó mientras recibía su bolsita con los desechos de res.

Su historia la repiten miles de zulianos a quienes el sueldo que devengan no les alcanza para comer dignamente y les toca comprar lo que antes destinaban para sus mascotas. “Antes la gente compraba el pellejo y los huesos para dárselo a sus perros, pero ahora lo compran para comer, se llevan cebo o patas de pollo, algunos dicen que son para los perros pero su delgadez los delata, se nota que están pasando hambre”, expresó Freddy Bracho, dueño de una carnicería ubicada en el Periférico, al referir que estos recortes son los que más se expenden en la actualidad.

Se llevan lo más barato. El kilo de pellejo es ofertado en 350 bolívares, los huesos en 600, las patas de pollo en 1.000 y el mondongo en 1.200. Otra de las opciones que ofrecen los carniceros en el mercado es el aserrín de huesos, algunos vendedores lo regalan. “Se están llevando hasta el aserrín, todas las mañanas ponemos cajas de pellejos y se acaban más rápido que el pollo o la carne, la gente no tiene pa’ comer”, contó Bracho.

Darío Ramos, dueño de otra carnicería de la ciudad, indicó que las ventas no están buenas ni malas, “están graves”, y precisó que son los fines de semana cuando pueden tener alguna liquidez. Jorge Soto, vendedor, expresó que la gente se lleva los pulmones y hasta piden kilos de pellejo para guisar. “¿De cuándo acá los pellejos se guisan?, eso antes no se comía”, se reía en medio del pesar, pues le ha tocado atender a niños que buscan esta parte de la res para poder resolver un día de comida. El carnicero inició su negocio con cinco empleados, actualmente le quedan dos, y tras el nuevo aumento salarial decretado por el Gobierno nacional, se verá obligado a quedarse con solo un trabajador.

Los altos precios en Venezuela se han vuelto la batalla más agria que viven los venezolanos, pues en la actualidad, la gran mayoría solo come dos veces al día.

 

Lea también
Comentarios
Cargando...