Fractura expuesta
El diálogo en Venezuela es una quimera. La posible mediación entre el Gobierno nacional y la oposición quedó cerrada tras la suspensión de la recolección del 20 % de las firmas para la activación de referendo revocatorio por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), la cual quebró la única esperanza democrática que mantenía el país, según analistas.
Tras la decisión, el CNE llamó por primera vez al diálogo nacional lo que politólogos consultados consideran absurdo pues el órgano electoral no es el indicado para reactivar las conversaciones pues su función es velar por la expresión soberana de los ciudadanos por medio de los votos, lo cual no están realizando”.
“El CNE no tiene la potestad de llamar a un diálogo lo que tienen es que garantizar el debido proceso a las elecciones y no lo están haciendo por el contrario, lo que han hecho es obstaculizar la libre expresión con el freno que le pusieron a las recolecciones de las firmas para evitar el referendo”, dijo el politólogo y profesor de la Universidad del Zulia, Antonio Casella.
Diálogo sin efecto
Un grupo de países miembros de la OEA mostraron preocupación por la tensión política y social que enfrenta Venezuela, a través de un comunicado y llamaron al diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana.
La viabilidad del éxito de un diálogo pasa, antes que nada, por la solidez interna de los frentes en conflicto. De un lado se encuentra la MUD exigiendo el referendo revocatorio para el 2016 y del otro un Gobierno negado a la posibilidad y obstaculizando el proceso a como de lugar, lo que empeora el panorama.
Para el catedrático un posible diálogo debe ser condicionado por la oposición porque han violado la democracia y bajo esas circunstancias no se puede dialogar. Según Casella conversaciones entre los actores políticos del país se encuentran condenadas al fracaso pues ambas partes no están en disposición.
“¿Un diálogo para qué? Para que el Gobierno tome fuerza y tenga más tiempo? Ese no es un diálogo sincero ni el que nos va a sacar de esta situación. Un diálogo así está condenado al fracaso y en una situación tan crítica como la que estamos atravesando lo que se necesita es cambio, cambios que el Gobierno se ha negado”, dijo.
Iglesia no mediará
En medio de la creciente conflictividad, el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Diosdado Cabello, informó que los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Martín Torrijos ya están en Venezuela para impulsar el diálogo para seguir explorando sobre la crisis. Asimismo, indicó que esperan llegue un vocero del papa Francisco.
“Estamos esperando que llegue un representante del Papa. Es un representante directamente del Papa y no de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)”, declaró.
Sin embargo, consultado por la AFP, el arzobispo venezolano Baltazar Porras –recientemente nombrado cardenal por el papa Francisco– negó tener conocimiento de la visita anunciada por Cabello.
“No sé si están dadas las condiciones en este momento”, dijo Porras. Cabello calificó como un “partido político” a la CEV, que ha abogado por la celebración del referendo revocatorio que la oposición impulsa contra el presidente Nicolás Maduro.
En ese sentido, Casella asegura que la participación de expresidentes como mediadores, favorece solo al Ejecutivo pues ellos los escogieron.
“Quien escogió a los mediadores fue el Ejecutivo es a ellos a quien van a favorecer y hasta ahora así ha sido de hecho, el expresidente Zapatero rechazó el referendo revocatorio”, manifestó.
El Gobierno y la oposición han sostenido desde mayo varias reuniones con los tres expresidentes que operan como mediadores designados por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), sin embargo, no se han generado acuerdos que mejoren el clima político, económico y social del país.
El expresidente del Gobierno español, Felipe González, dijo que aunque es partidario del diálogo para resolver los problemas, aclaró que “el diálogo no se puede hacer si no se respeta la propia Constitución de la República, las propias leyes” y apuntó que “con tribunales nacionales prevaricadores” no es posible “caminar por la senda de la libertad”.
Debido a la situación política y social del país en 2014, el PSUV y la MUD plantearon sentarse a negociar soluciones para resolver los problemas, pero el proceso se estancó. En el 2016 se retomaron las negociaciones sin ningún resultado. Los discursos violentos y contradictorios entre los voceros de ambos bandos continúan, mientras se desvirtúan las posibles soluciones para la actual crisis.