Expertos: monedas comunitarias carecen de músculo económico
La propuesta del expresidente fallecido, Hugo Chávez, de crear monedas que funcionaran en el sistema de las comunas parece tomar fuerza una década más tarde. Este lunes nació la moneda comunitaria Elorza, en el municipio Rómulo Gallegos del estado Apure, con el fin de oxigenar la crisis de bolívares en efectivo que demanda el país.
En Venezuela, las monedas comunitarias empezaron a aparecer desde 2007, como la lionza, el zambo, el momoy en distintos estados como Miranda, Falcón, Yaracuy, Barinas, Sucre, Monagas y Anzoátegui. La más reciente nació en el barrio 23 de Enero en Caracas denominada el panal, en noviembre del año pasado. En 2010, la Asamblea Nacional (AN) aprobó la Ley del Sistema Económico Comunal que contempla este tipo de moneda.
Para Emmanuel Borgucci, profesor de macroeconomía en la Universidad del Zulia (LUZ), la divisa comunal carece del suficiente músculo económico para ser denominada como una moneda.
“Si el bolívar, que nació el siglo pasado y supuestamente posee reservas internacionales, se ha hundido a este punto, yo dudo que una nueva tenga siquiera la característica de poder llamarse dinero”, señala.
El experto explica que para la creación de un nuevo circulante es necesario, en primeras instancias, conseguir la aceptación nacional, además del patrón monetario que la respaldaría.
“Esto es otra patada de ahogados. Dejaron morir el bolívar y ahora no hallan qué hacer. Si pretenden que estas nuevas unidades monetarias se distribuyan a nivel nacional van a tener que demostrarlo y explicar de dónde saldrán los recursos para respaldarlas”, alertó.
El catedrático señala que Venezuela pareciera volver a los tiempos de la Edad Media donde cada reino quería tener su propia pieza circulante. Sin embargo, asevera que en tiempos modernos la función de los bancos centrales buscan ser garantes de una política económica efectiva y, a su vez, el poder adquisitivo de su moneda nacional.
“Lo que sucede aquí es que el BCV no ha cumplido con sus funciones constitucionales y legales. Es una falta gravísima de seriedad que esta autoridad no ponga el orden que debería”.
No obstante, Borgucci considera que si la población llegase a creer y confiar en esta nueva forma de pago y compra, esta pudiera convertirse en dinero. “Veo más probable que el oro, el peso colombiano o el dólar sean más aceptados que una pieza nueva que no se sabe quién la produce y con qué normas de seguridad cuenta”.
Asegura que el bolívar no debe permitir la concurrencia de otras monedas para efectuar los pagos nacionales “Hacerlo es ilegal, pues atenta contra la ley del Banco Central”.
El economista agrega que hay desconocimientos por parte de quienes emitieron el Elorza y que debe esclarecerse los fines de su emisión: si será para “suplir la falta de liquidez del circulante o intentar hacer dinero fácil con una actividad que roza la ilegalidad”.
“No se pueden poner a competir moneditas creadas en el interior del país con la moneda de curso legal”, precisó.
