El diario plural del Zulia

Éxodo y escasez de divisas desploman precios de carros

Eudomar González, de la Cámara de Autopartes, señala a la falta de repuestos como detonante de la devaluación

Eduardo Castro busca “conectar” con mecánicos. Tiene una lista de unos 10 y mantiene comunicación con ellos. Acude a sus talleres, les lleva algún “regalo”, les mete conversa, los capta. Ellos lo datean para que triunfe en su negocio de compra de carros.

“En los talleres están las gangas. Hace poco compré un Accent en relativo buen estado en 450 dólares. He comprado carros a menos de mitad de su precio porque le faltan dos cauchos y la batería, por ejemplo, porque no tienen para pagar un repuesto. Los mecánicos me avisan y yo les paso algo siempre. Al Accent le metí 150 dólares y lo vendí en 1.100”, cuenta.

Aunque la compra y venta de vehículos se calcula en dólares, el costo de las unidades no está exento de devaluación. El bajo poder adquisitivo y la diáspora responden a la gran oferta de automotores que, por desespero o incapacidad de mantenimiento, algunos usuarios venden a precios de remate.

El mejor momento de comprar es ahora. Pese a que, al cambio del paralelo, se necesitan miles de millones de bolívares por un carro en óptimas condiciones de uso, en “verdes” las cifras bajan y se convierten en buen negocio para quienes reciben pequeños o medianos ingresos en divisas.

Como Castro, Rafael Quiroz, vendedor en una distribuidora de comida, consiguió un buen negocio en el garaje de una casa en la urbanización La Victoria: un Hyundai Tiburón de 2002 por el módico precio de 700 dólares.

El dueño del carro verde de dos puertas migró a Chile hace un mes y, para evitar el deterioro de la máquina por no usarlo, prefirió darle la potestad a su padre para venderlo. “Ese carro cuesta de 1.500 a 2.000 dólares. Tiene los cauchos nuevos, vidrios ahumados y la tapicería es de cuero. Fue casi un regalo”, comenta Rafael después de convertirse en el nuevo propietario.

El precio de autos mayores al año 2000 oscila entre los 500 y 1.000 dólares, según la marca y las características que tenga. “Cauchos 90 % de vida, Pirelli P7, batería mala. Se vende por no usar. Título a mi nombre. Motor y caja excelentes”, oferta Luis Eduardo Molero en un grupo de compra y venta en Facebook, quien pide 850 dólares por su Toyota Celica 1993.

Devaluación

El desplome de los precios de vehículos es producto de la ausencia y el sobreprecio de los repuestos, considera Eudomar González, presidente de la Cámara de Autopartes del Zulia. “Las personas han perdido el poder adquisitivo para reparar su vehículo y no hay manera de que lo mantengan, por eso lo que hacen es rematarlos a precios muy bajos”.

El también director de la Cámara de Industriales señala que la preferencia de los demandantes en los carros usados es debido a los inalcanzables costos de los vehículos importados: “El más económico sería un Spark cero kilómetros y su precio está alrededor de los 17.850 dólares”.

González asegura que la sobreoferta en lugar de favorecer a los vendedores, desmejora sus ingresos. Los carros que aún no consiguen vender se mantienen expuestos al desgaste de su valor, y en respuesta, Castro asegura que no deja de ser buen negocio por el “desespero” de los vendedores que se van del país. Habla de vehículos que se rematan incluso por debajo de los 300 dólares, pero la mayoría requieren
gastos adicionales. Lo que podría convertirse en una cruz.

Alejandro Carvajal, diseñador gráfico, reunió hace tres meses 200 dólares por un Ford del Rey gris, año 1984, al cambio del paralelo en ese momento sumaba 46 millones de bolívares, sin embargo, gastó más de 20 millones en reparaciones.

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