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Estados Unidos se prepara para la caída de Nicolás Maduro

Una razón de peso para que la Casa Blanca se haya resistido hasta ahora a tomar medidas más enérgicas contra Nicolás Maduro es que Venezuela fue el año pasado el cuarto país que más petróleo vendió a EE.UU.

El Gobierno de Estados Unidos trabaja en un plan de transición en Venezuela ante la certeza de que la crisis humanitaria que vive el país puede provocar la caída del régimen, con un número de refugiados que superará al de la guerra en Siria.

Varios altos funcionarios, diplomáticos y senadores consultados por el diario ABC han aconsejado al presidente Donald Trump que prepare una propuesta de intervención en Venezuela, ante la posibilidad de que la situación devenga pronto en un golpe militar, una revuelta popular o la propuesta de una coalición armada.

Entre EE.UU. e instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general, Luis Almagro, ha habido conversaciones sobre este tema. Incluso, Almagro dijo recientemente: "Respecto a una intervención militar para deponer al régimen de Maduro, ninguna opción debe descartarse".

Drama de los refugiados

Según admitió recientemente el almirante Craig Faller, candidato a liderar el Comando Sur de EE.UU., "los esfuerzos militares de momento han dado cobertura a la diplomacia para garantizar una transición pacífica en Venezuela, pero la situación es desastrosa, y está afectando a toda la región. Nuestro principal foco serán nuestros aliados".

Colombia, Perú y Ecuador han acogido a 1,8 millones de los 2,6 millones de venezolanos que han abandonado hasta la fecha el país, ante la carestía de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI estima que a final de año llegará al 1.000.000 %.

Trump cuenta con apoyo de ambos partidos en la Casa Blanca, que trabajan en su propio plan de transición. Once senadores republicanos y demócratas han elaborado una ley dedicada a preparar a EE.UU. para un cambio de régimen inminente, con 55 millones en fondos de ayuda y créditos para la reconstrucción de Venezuela.

Sus objetivos declarados son "restaurar la ley y la democracia, liberar a los presos políticos, permitir la entrega de ayuda humanitaria y crear las condiciones necesarias para que se celebren unas elecciones libres y democráticas".

Una razón de peso para que la Casa Blanca se haya resistido hasta ahora a tomar medidas más enérgicas contra Maduro es que Venezuela fue el año pasado el cuarto país que más petróleo vendió a EE.UU., un 7 % del total de sus importaciones. Las ventas a EE.UU. suponen un 80% de las exportaciones totales de crudo de Venezuela, y una fuente primordial de ingresos del régimen.

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