El diario plural del Zulia

Especialistas sostienen que Maduro "no aterriza"

“La gente está cansada. Ya esta hiperdiscursividad revolucionaria no está en sintonía con las verdaderas demandas y expectativas de los venezolanos”. Las palabras de Oscar Schemel, presidente de Hinterlaces, el pasado domingo durante el programa José Vicente Hoy, abren el debate sobre el contenido del discurso de Nicolás Maduro, mandatario nacional.

A decir de Schemel, el Jefe de Estado se observa “atrapado en una especie de enredo ideológico, de trampa cognitiva. Pareciera que está viviendo en una fantasiosa épica revolucionaria y no aterriza en los problemas concretos de la gente”.

Maduro apostó por endurecer su verbo tras el triunfo opositor en las parlamentarias del 6-D. Siete días después del descalabro electoral aseguró que estaría dispuesto a poner su propia vida para defender el legado de su padre político, Hugo Chávez.

Sin embargo, la palabra y la acción no conectan. La figura de su mentor político tampoco lo impulsa. “No está en sintonía con las verdaderas demandas y expectativas de los venezolanos. La gente está esperando resultados, gestiones económicas y ahí han sido muy lenta las decisiones del gobierno”, insistió Schemel.

Debilidad
Ricardo Lobo Acosta, historiador, se refiere a John Austin, teórico del análisis del discurso político, cuando plantea que los dirigentes deben de cuidarse de decir cosas a la población que la gente no llegue a creer por imposibles o porque no se intentan hacer realmente.

“Savater te plantea que si no hacemos lo que decimos, caemos en la falsa moral, y lo mejor es decir lo sencillo y sorprender con grandes obras”.

En ese contexto, a decir de Lobo Acosta, “el discurso presidencial soslaya entre no decir mucho y no hacer nada, maquillado con un alto grado de emotividad que ya no es aspiración de las aspiraciones del colectivo social”.

El analista asegura que el presentismo le pide un ya, no un mañana. “Pide un qué voy a hacer, cómo lo voy a hacer y en qué tiempo”. Para Lobo Acosta, la población demanda con precisión soluciones no históricas de nunca acabar. “Chávez tenía un discurso fuerte y la población lo asumió como el que era capaz de hacerlo (lo que proponía). Nicolás ha dicho muchas cosas que aún no se hacen. La población lo asume como débil entonces”.

Las dificultades, según Morelba Brito, politóloga y magíster en Sociología del Desarrollo y Gestión Pública, se deben a que el Jefe de Estado se encuentra entrampado en unas premisas ideológicas de las cuales parece no ser capaz de salir. En su opinión, tienen que ver con el sueño de la utopía del socialismo.

“Como tiene muy poca formación académica, asume esas premisas, esas ideas, como lo verdadero, lo único y eso no le permite analizar las cosas más allá de ellas”. Plantea que el heredero de Hugo Chávez insiste en sus ideas, para ver si algún día la realidad se pliega. “No tiene ningún otro recurso cognitivo, ningún otro conocimiento, ninguna otra idea, ninguna otra teoría de la cual auxiliarse”.

Brito considera que pretender sustentar sus planteamientos con el sello ideológico revolucionario impide desatar los nudos más grandes de la crisis. “No da ni una muestra de racionalidad desde el punto económico. No está dispuesto a reducir el gasto publico, a generar un entorno para que el sector privado tenga confianza y pueda invertir”.maduro

Desconectado
Para Gabriel Reyes, politólogo, profesor de postgrado de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y analista político, el Jefe de Estado luce perdido. “Sencillamente, no ha encontrado en el discurso la capacidad de reconexión emotiva que necesita con las masas. La crisis es real, de manera que en el discurso no puede seguir conjugando verbos en futuro que es lo que hace cada vez que tiene una alocución. El discurso no puede ignorar la gravedad de la crisis, tratando de maquillarla con chistes, con banalidades, con efectividades”.

Reyes estima que Nicolás Maduro se pasea sobre la base de un futuro prometedor que no existe, “porque para tener un futuro prometedor tenemos que tener un presente claro. Nuestro presente no está claro”. Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, estima que las arengas del Presidente suelen ser incoherentes y repetidas. “Lo interesante con el discurso del presidente Maduro es que no funciona y él los repite. Eso obviamente es un error”.

León explica que el Jefe de Estado no ha buscado una alternativa de discurso distinta que es indispensable para conectar masas. “El está repitiendo y repitiendo cosas que no le han funcionado a él mismo. Tiene que buscar alternativas y generar esperanzas y eso es lo que el presidente Maduro no ha hecho. Se quedó pegado en una historia que ya la gente no cree”.

 

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