El diario plural del Zulia

Entregas a domicilio estiran las remesas

Negocios se reinventan ante la crisis y ofrecen llevar compras pagadas desde el exterior hasta las casas de quienes permanecen en el país

A través de una cuenta de Instagram, Humberto Parra descubrió una forma más sencilla de ayudar desde Houston a sus parientes en Venezuela. Por 50 dólares el padre de familia compró el servicio de entrega rápida de un “combo parrillero”, con 10 kilos de carne, cuatro litros de refresco, una bolsa de carbón y otra de hielo. El pedido llegó en menos de tres horas a la puerta de su casa en Sabaneta, Maracaibo.

Desde que Humberto migró a Estados Unidos, hace dos años, resuelve de distintas formas el envío de dinero, alimentos y medicamentos a su madre y su hermana menor. Solía mandar cajas llenas de productos en barco o cambiar dólares por bolívares en el mercado paralelo, pero estos mecanismos se hicieron cada vez más cuesta arriba.

Ni siquiera el valor de las remesas, a una tasa no oficial por encima de los 3 millones 400 mil bolívares, es suficiente para la manutención de una familia en Venezuela. La inflación diaria de 2,4 %, según la Asamblea Nacional, desvanece cualquier ingreso en cuestión de horas.

Iván Cuadros, fundador de Urbanmetric, empresa dedicada a la inteligencia de negocios y estudios de mercadeo, considera que el auge de servicios delivery en Venezuela es producto de la necesidad de ampliar la capacidad de compra del dinero enviado por los más de 5 millones de personas en el extranjero.

“Este mercado lo que ha hecho es tratar de acudir a soluciones mucho más sanas para sus finanzas. No se trata de  rentabilidad, porque la persona que está fuera no piensa en ganar si no en estirar y capitalizar mejor con su dinero lo que se necesita aquí”, explica.

 

Beneficios del reparto

El Alzhéimer y las dificultades de movilidad de la madre de  Humberto se suman como otra de las razones por las que prefiere una entrega inmediata. Al mes compra un combo de productos de higiene con 16 artículos por 30 dólares-105 millones de bolívares- que incluye entre otros productos, los pañales que la mujer de 85 años requiere.

“El precio de los combos se mantiene. Por eso prefiero pagar 30 dólares al mes que gastar y cambiar cada semana, porque los bolívares no rinden para comprar los mismos productos siempre”, expresa.

Cuadros, según un estudio que realiza Urbanmetric, añade que el déficit con el transporte público impide en ocasiones el acceso de las personas a algunos productos, por lo que las entregas a  domicilio, además de capacidad de compra, brindan tranquilidad y seguridad a los usuarios.

“Parte de lo más interesante es que cada vez este tipo de servicios se amplia. Al principio eran víveres, ahora son proteínas, queso y carne, cosas complicadas en una situación de despacho puerta a puerta. Significa que los indicadores siguen aumentando en condiciones favorables”, destaca.

Algunas de las empresas que llevan los mercados a casa son comercios establecidos que buscan capturar divisas y mantenerse. La mayoría son pioneras en esta práctica y tienden a promocionarse en redes sociales.

Muchas tiendas ofrecen combos de carne, pollo, víveres y artículos de higiene que oscilan entre los 10 y 60 dólares, según la ubicación de la persona y la cantidad de productos. Otras brindan la opción de escoger los alimentos y fijar un presupuesto.

 

Negocio en alza

Francisco Finol, investigador del Instituto de Gerencia y Estrategia del Zulia (IGEZ), señala que las remesas en delivery pertenecen a las innovaciones propias de los negocios ante la crisis.

“En crisis la gente se pone más creativa porque pasa de ser una condición a una necesidad, es decir, o los comerciantes innovan o sencillamente desaparecen. Lo que hacen es interpretar las señales que da el mercado, evalúan cuáles son las necesidades y oportunidades primordiales que existen”, resalta.

El también profesor universitario estima que esta actividad evade la formalidad por transarse con pagos en moneda extranjera. “La necesidad es la madre de la inventiva y ese tipo de propuesta generará valor tanto a quien tiene la propuesta, como a quien lo está utilizando y a quien lo recibe. Son cosas que nacen sin dañar a nadie y que traen solución a los problemas más cotidianos que tenemos, aunque nos las quieran hacer ver como algo ilegal”, argumenta.

Carlos Ñañez, economista de la Universidad de Carabobo, agrega que la dependencia en las remesas se acrecienta en la economía venezolana y evidencia la caída de 44 puntos del Producto Interno Bruto en cinco años.

“Lo que vivimos se llama economía de  remesas, típica de un país en guerra como el conflicto bélico en el Salvador y la guerra civil de Nicaragua. Eso refleja la postración del sistema económico de la República y la caída del comercio en 1.500 puntos porcentuales”, señala.

“Es más cómodo para mí hacer una transferencia en dólares y ya. Mi familia se ahorra el hacer una cola o tener que ir al mercado informal”, confiesa Humberto.

Los expertos coinciden que con el tiempo pueden surgir nuevas formas de enviar las remesas a Venezuela, pero dependerá de la necesidad de las personas y los controles que imponga el Gobierno.

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